Mr. Big fue grande en Paraguay

Buen rock y mucho corazón en el primer concierto en el país del popular grupo estadounidense, que recorrió sus nuevos materiales y sus éxitos inmortales.

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Cuando faltaban aún minutos para las 21:00 del pasado jueves, los asientos rojos del recientemente rehabilitado Teatro Guaraní de a poco se iban cubriendo de negro, el color predominante en la indumentaria de los fans del rock que fueron a colmar el recinto con motivo del primer concierto en Paraguay de la banda estadounidense de hard rock Mr. Big.

Antes tocaba escuchar al siempre bienvenido grupo de metal Muireadach, una particularidad en la escena metalera local que suscribe al power metal con toques sinfónicos y la vocalización doble de sus potentes vocalistas Niahm y Morgan Muireadach.

El clan Muireadach no desplegó en el escenario su habitual sonido, optando por dan un recital acústico, dejando de lado las guitarras eléctricas y enfatizando el chelo y la flauta, lo que no restó fuerza a temas como Maiden of war, Brides of the sea I believe forever.

Recién pasadas las 22:00 llegó el momento en que Eric Martin, Paul Gilbert, Billy Sheehan y el baterista Matt Starr salieron al escnario para dar inicio a su espectáculo con la adrenalínica Daddy, brother, lover, little boy y la igualmente enérgica Gotta love the ride.

“Dios los bendiga, es genial estar de nuevo aquí”, dijo Martin, quien ya había actuado como solista en Paraguay, antes de American beauty, otra canción de alto octanaje, del tipo que uno automáticamente asocia a alguna persecución de película en motocicleta por alguna carretera norteamericana. Luego vino Undertow.

Entonces, para deleite de los fanáticos del grupo, salió a escena Pat Torpey, el baterista de siempre del grupo, a quien su recientemente diagnosticada enfermedad de Parkinson le impide acompañar desde el banquillo del baterista la totalidad de los conciertos del grupo. Más adelante en la noche Torpey probaría que aún es perfectamente capaz de ocupar su posición de siempre en el grupo, pero de momento se dedicó a acompañar con percusiones la música.

Ya con Torpey en posición vino la muy adecuadamente titulada Alive and kickin', a la que siguieron uno de los temas nuevos del grupo, I forget to breathe, y Take cover.

Green-tinted sixties mind, menos rápida y más abundante en coros, dio paso a que la música se pusiera de nuevo bien pesada con Out of the underground, que acabó con un prolongado solo de guitarra para lucimiento de Gilbert.

Torpey dejó el escenario y la banda siguió el show con The monster in me, Rock and roll over - que incluyó un momento de ejecución de guitarra con los dientes de parte del siempre enérgico Gilbert – y As far as I can see.

Entonces Torpey regresó a las percusiones y el show entró en su etapa acústica nada menos que con un cover del inmortal clásico de Cat Stevens Wild world que fue entonado cual himno por el público que llenaba el Teatro Guaraní. Luego vino la balada East/West, acompañada por el público con palmas.

En ese momento, Starr dejó la batería, de la que se apoderó Torpey para acompañar la bella balada Just take my heart y luego acelerar el ritmo y devolver el rock a la noche con Fragile.

Con Starr de vuelta en batería, el concierto siguió con Around the world, y luego le llegó el turno a Sheehan para lucirse con un impresionante solo de bajo que dio paso a Addicted to that rush, en la que aparentemente hubo ligeros problemas con el micrófono que por momentos hicieron que la voz de Martin se pierda entre los instrumentos; nada grave, sin embargo, y se solucionó rápidamente.

La banda entonces dejó el escenario por unos segundos y luego regresó mientras el público los convocaba a gritos. Era la hora del “encore” de la noche, que comenzó nada menos que con uno de los más grandes éxitos del grupo, To be with you, contrastada dramáticamente por el hiperactivo rock de Colorado bulldog.

Sacudiendo la conformación – Gilbert se pasó a la batería, Starr a la guitarra y Torpey asumió el rol de vocalista –, la banda interpretó luego la canción de Judas Priest Living after midnight, y luego todo el mundo regresó a sus lugares originales para el reciente The light of day.

Como no podía ser de otra forma, Torpey se trepó de nuevo a la batería para el cierre del espectáculo con Mr. Big, el tema de Free del cual se originó el nombre de la banda el primer lugar. Un final en las raíces de la banda.

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