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Asistimos al espectáculo el sábado, donde la pertinaz llovisna que cayó sobre Asunción, le dio un clima más que romántico, a una noche donde volvimos a escuchar aquellos boleros inolvidables, de un grupo formado hace más de 70 años en Nueva York, por los mexicanos Alfrdo Gil y José "Chucho" Navarro, junto al puertorriqueño Hernando Avilés, quienes decidieron unir sus talentos e innovar el género de los tríos, cantando a tres voces y tres guitarras.
EL SHOW
El show se inició a las 21.11 con Rigoberto Arévalos y su trío de siempre quienes ofrecieron varios temas románticos por espacio de 25 minutos -uno de ellos dedicado a Los Panchos-, para dar paso a Los Panchos, quienes actuaron por espacio de 1 hora con 40 minutos, ante un público mayor, que no solo escuchó los temas muy bien interpretados, sino además se atrevieron a cantar temas como; Bésame muchos, Sin tí, Reloj, Rayito de luna, Caminemos, Perdón entre otros inolvidables, que perdurarán por siempre en el recuerdo.
EL BOLERO
No pensábamos que Los Panchos, llevarían tanta gente a un coqueto salón, que estuvo lleno, donde volvió el bolero, un género musical de origen cubano, que se inició allá por los años 1.840, y que ahora de la mano del hijo de uno de sus creadores -Chuchito Navarro- sigue recorriendo el mundo.
UN EXTENSO REPERTORIO
Los Panchos iniciaron el show con el tema 7 notas de amor, que se popularizó en la hermosa voz de Johnny Albino, cerrado con otro de los clásicos, El Reloj del mexicano Roberto Cantoral.
UNA PROPUESTA VALIDA
Fue una necesaria y acertada propuesta de traer a estos músicos, para un público mayor, que muchas veces queda sin poder disfrutar de un show de primer nivel, habida cuenta que en la mayoría de los casos se apunta a la juventud.
LLENO TOTAL
El salón estuvo lleno, prueba de que cuando la propuesta es válida, el público paraguayo responde. Hasta los propios organizadores se sorprendieron de la gran receptividad de un grupo que hace 27 años no venía al Paraguay.
MUY BUENO
Una primersa voz (Misael Reyes), acompañado de Chucho Navarro hijo (segunda voz), y la ejecución maravillosa de Eduardo Beristáin (requinto y tercera voz), hicieron que la noche sea perfecta, con recuerdos que volvieron a la mente, de la mano de un estilo musical que nunca morirá.