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Su público tuvo que esperar nueve años. Alejados de los escenarios como grupo y abocados a proyectos personales, finalmente el trío de rock integrado por Beto Cuevas, Mauricio Clavería y Pedro Frugone retomó el sendero iniciado allá por 1989.
Con la participación estelar de un ex Soda Stereo, el argentino Zeta Bosio en el bajo, La Ley se presentó en la 55ª edición del Festival Internacional de Viña del Mar y se devoró al ‘Monstruo’.
El show se inició con Día cero y un Cuevas eléctricamente energético. “¡Buenas noches, Viña! Somos La Ley y estamos de vuelta”, fue el saludo de la vuelta oficial a los escenarios, que el público agradeció y coreó sin pensar.
Como era de esperarse, el repertorio incluyó grandes éxitos de la agrupación chilena. El recital siguió con Hombre, una bien recibida Tejedores de ilusión y Prisioneros de la piel, cantadas con euforia por los fans.
“No hay deuda ni plazo que no se cumpla”, arremetió el vocalista, para continuar una noche cargada de emoción.
Cuevas presentó un cóver de los Rolling Stones, la emblemática balada rockera Angie, que el grupo había grabado en sus inicios. El recorrido siguió con Desiertos que, al decir del cantante, “también marcó nuestra historia”.
Una canción que los “lanzó a la fama”, así presentó Cuevas Doble opuesto, tema que generó bailes y aplausos en la Quinta Vergara.
Con dedicatoria a Venezuela, el show siguió con el nuevo tema Olvidar, momento en que el vocalista aclaró que la reunión de la banda no responde a motivos económicos. “Si ustedes quieren, hacemos una gira. Algunos dicen que lo hacemos por dinero, no es verdad. Nos juntamos por el corazón”, aclaró.
El frontman, inspirado, siguió con Animal y el hit inevitable, Fuera de mí, que fue coreado con frenesí.
La pasión siguió de la mano de Intenta amar y una emotiva versión de Mentira, otra obra cumbre del grupo. El episodio sirvió para que los presentadores del Festival, Rafael Araneda y Carolina de Moras, salieran al escenario a hacer entrega de una Antorcha de plata y otra de oro.
El primer homenaje de la noche fue para Andrés Bobe, fundador de la banda, a cuya memoria le dedicaron I.L.U.
El repertorio siguió con 1-800 dual y Paraíso, que dieron lugar a otro hit de la agrupación: Aquí. “Estamos muy emocionados”, dijo Cuevas, en el momento en que le entregaron los premios más grandes: las Gaviotas de plata y oro.
Dedicada a “los últimos de la fila”, sonó Auto ruta. Después, tomó la voz Bosio para dedicar unas palabras al público de Viña. “Para la historia de Soda Stereo, creo que (Viña) nos disparó internacionalmente”. Luego nombró a su compañero y amigo, Gustavo Cerati. “Un gran amigo que todos extrañamos”, señaló. Fue así como la banda presentó una emotiva versión de Crimen, uno de los éxitos de Cerati.
Como último pasaje de la noche, La Ley puso broche de oro con El duelo, mientras el ‘Monstruo’ pedía a gritos mucho más. “¡Olé, olé, olé, olé… La Ley, La Ley!”, repetía, entonces, el coro de voces. Una noche, sin dudas, histórica para la banda: la del regreso –al parecer– definitivo.
En una conferencia de prensa ofrecida por el trío minutos después de su presentación, los chilenos confirmaron el inicio de una gira internacional y nuevo disco. “El público decidió eso. Sí vamos a salir de gira… Este reencuentro no es solo para hoy. Vamos a hacer una gira por toda Latinoamérica”, anunció Cuevas, convencido.
El vocalista mencionó que recibieron propuestas de tocar hasta en Estados Unidos, pero “no quisimos cerrar contratos. Quisimos probarnos nosotros mismos”, aseguró.
Los seguidores de la banda también pueden esperar un nuevo disco que, según comentó Cuevas, están preparando.
El encuentro con la prensa también tuvo lugar para la humorada. Cuevas señaló que la Gaviota de oro que se llevaron en 2005 se quedó en la casa de Clavería, motivo por el cual razonó que lo más justo sería que –esta vez– se lo llevara él o Frugone. Por eso decidieron sortearlo en vivo, a través del “hakembó” o “cachipún”, como es conocido en Chile.