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Se trata de una integrante de 30 años de la comunidad indígena Pilikokue, quien ante su estado avanzado de trabajo de parto pidió auxilio a los trabajadores de blanco de la USF local, siendo asistida en su vivienda, teniendo en cuenta todos los cuidados sanitarios y de bioseguridad.
En esta ocasión se recibió a un bebé de 3 kilos, con buena vitalidad, al que inmediatamente se le aplicó el apego precoz y se procedió a la estimulación de la lactancia materna, alimentándolo tras el nacimiento.
La madre se había sometido a los controles prenatales en la unidad de salud durante el periodo de gestación y debía ser derivada al hospital de cabecera para el parto; sin embargo, ante el caso de emergencia ya no hubo tiempo, realizándose un procedimiento exitoso en su hogar.
En otro caso, el pasado viernes también se realizó un procedimiento similar en la colonia Santa Lucía ante el llamado de una paciente de 19 años, quien por vía telefónica indicó que se encontraba con fuertes dolores bajo el vientre. Profesionales de la USF acudieron al llamado y hallaron a la mujer en pleno trabajo de parto, ejecutando el procedimiento y logrando el nacimiento sin complicaciones de una bebé de 3 kilos en buen estado de salud.