Cargando...
Las escuelas del interior del Alto Paraná están en pésimas condiciones a días del inicio de clases. Tal es el caso de la Escuela Básica N° 7107 San Isidro, ubicada en el asentamiento homónimo, en la colonia Chino Kue, distrito de Itakyry, al norte de este departamento. Esta es una de las tantas instituciones en las que el Gobierno Central pretendía entregar uniformes, cuando las necesidades básicas siguen siendo desatendidas.
Al llegar esta mañana a la escuela, encontramos a varios padres de familia cortando el pasto, mientras que las madres limpiaban las aulas. Como no hay fondos para estos menesteres ni para mantenimientos, deben dejar sus labores y poner en condiciones aceptables el lugar que recibirá a sus hijos el primer día de clases
Lea más: Piden rubros y aulas en una escuela rural en San Estanislao
Dos de los pabellones tienen problemas de goteras. En uno de ellos, esperan la reparación desde hace dos años, pero, pese a los pedidos, no recibieron respuesta. Ahora hay otra promesa de la municipalidad local de que harán la refacción.
En otro pabellón, un nido de abejas los persigue desde hace cinco años. Muchas veces, cuando los insectos invaden la sala de clases, los alumnos deben salir corriendo al patio. También solicitaron la reparación, pero no obtuvieron respuesta. Además, algunos pilares presentan fisuras.
Otra necesidad importante es la provisión de mobiliario nuevo. Muchas sillas están rotas y no hay pupitres; tampoco hay muebles para los docentes y, con las goteras, muchos materiales, incluidos los libros, terminan destruyéndose.
¿Cuándo comienzan las clases en Paraguay 2025?
A esto se suma que en varias partes el piso está roto, algunas canillas de agua están averiadas y una sala no tiene corriente eléctrica, por lo que ni siquiera pueden contar con un ventilador para los días de intenso calor.
Pedido de reparación de larga data
El director de la institución, Narciso Santa Cruz Paredes, explicó que los pabellones fueron construidos entre 2010 y 2015, por lo que ya están deteriorados. Dijo que temen que, con la humedad, las vigas de madera comiencen a descomponerse, lo que generaría un peligro de derrumbe. Afirmó que desde hace varios años piden las reparaciones, pero no han tenido respuesta.
También señaló que cuando llueve, las aulas se inundan, por lo que muchas veces deben suspender las clases. “No tenemos otra opción, así que volveremos a recibir a los niños. Cuando se entregue el almuerzo del programa Hambre Cero, esto va a ser peor. En días de lluvia, vamos a tener que devolver la comida”, lamentó.
