La renovada rotonda reloj está situada sobre la ruta PY02, recuperando el simbolismo urbano de la ciudad, ya que fue un ícono en las décadas de los 80 y 90. La nueva torre forma parte del proyecto “Íconos CDE”, orientado a revalorizar el patrimonio urbano mediante el arte, el diseño innovador y la participación de jóvenes universitarios y profesionales de la arquitectura local.
El nuevo diseño de la rotonda surgió como la propuesta ganadora de un concurso de arquitectura que convocó a diez equipos creativos. El proyecto seleccionado, titulado Grata et Pax (“Hermandad que trasciende fronteras”), simboliza el espíritu hospitalario y abierto de Ciudad del Este hacia visitantes de todo el mundo, promoviendo la integración cultural y el sentido de pertenencia.
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Rotonda Reloj, un emblema de la antigua Ciudad del Este
El reloj original, de la marca Orient, instalado en 1985 y que se conserva hoy en el Museo El Mensú, fue reemplazado por un nuevo reloj Bulova, de un metro de diámetro. Fue donado por una empresa privada y representa una renovación simbólica de la memoria colectiva.
La intervención urbanística municipal incluyó obras por un valor de 199.325.327 guaraníes, adjudicadas a la empresa J & R Constructora, de Juan Carlos Vera Cáceres, mediante un proceso de licitación pública.

La renovada rotonda se convierte así en un atractivo turístico, un punto de encuentro ciudadano y un reflejo del compromiso con la innovación, la sostenibilidad y el arte urbano.
La historia de la rotonda reloj
El primer reloj fue instalado en 1985, cuando la administración municipal colocó un reloj gigante en la cima de una torre de concreto dividida verticalmente en tres partes, simbolizando la Triple Frontera.
Esta estructura estaba ubicada en lo que se considera la primera rotonda de la ciudad, en la intersección de la ruta PY02 y la avenida Carlos Antonio López, y no en el centro de la rotonda de la ruta nacional como se encuentra actualmente.
Un centro económico y cultural con 68 años de historia
Si bien el reloj fue instalado por la Comuna, se trató de una iniciativa impulsada por los primeros comerciantes de la zona. En poco tiempo, se convirtió en un punto de referencia para la ciudad, ya que podía verse desde lejos.
En el marco del rediseño urbano de la ciudad, en 1997 el enorme reloj de la marca Orient fue retirado de lo alto de la torre. Actualmente, forma parte del patrimonio histórico de la ciudad y se encuentra expuesto al público en el Museo El Mensú.