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La nutricionista clínica especializada en obesidad y diabetes Shirley Cardozo, señala que los cambios no son implementados solamente a través de la intención o deseo. Deben llevarse a la acción
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.Acciones para poner en práctica:
- Empezá a tratarte de mejor forma, así como tratarías a la persona que más amás. Eliminá las conversaciones internas, quejas, comentarios de autodescalificación, rechazo o las actitudes que fortalecen la mala relación con tu cuerpo mediante declaraciones de aceptación y amor. Amo mis piernas porque me llevan a todos lados, mis brazos que me permiten dar abrazos, mis ojos que me dejan contemplar los días, etc.
- Enfocate en comer saludable y sentirte bien. No se trata de hacer dietas restrictivas, ni pasar hambre como castigo por haberte excedido el fin de semana. Alimentate para sentirte bien, elegí mejor los alimentos. Podés empezar con pequeños cambios como incorporar frutas y vegetales a tu día a día, planificar tus comidas, y si necesitas ayuda, no dudes en acudir a un profesional que te oriente de acuerdo al objetivo que te propongas, pero recordá, no es otra dieta más, es hacer un cambio.
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- Tratá de no obsesionarte con las apariencias físicas y con tener el cuerpo “ideal”. Todos los cuerpos son diferentes, no te compares, y si tu cuerpo no puede ser el de antes por una enfermedad, por un desorden alimenticio, o cualquier otro gran impacto, está bien que no pueda ser el de antes, no te apegues al pasado de tu cuerpo o salud, mejor enfocate en mantenerte saludable, vestite de forma que te haga sentir mejor, arreglate, mejora tu postura.
- Realizá actividad física, eso es calidad de vida. La práctica de actividad física no debe ser visto como un castigo, o realizarlo para “habilitar” comidas, no tenés que ganarte el derecho a comer. Realizá actividad física como acto de amor, para liberar el estrés, porque esto hace bien a tus huesos, músculos, tu corazón, todo el cuerpo es beneficiado con esta práctica, fuimos hechos para movernos.
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“No veas este cambio como algo difícil o algo a lo que te rehusas; el punto es disfrutar cada cambio y hacerlo porque realmente estás convencido de que es lo mejor para vos y para tu salud. Da gracias por el cuerpo que tenés, y por lo que te permite hacer”, puntualiza la nutricionista clínica Shirley Cardozo.