A veces, conocer a alguien y quedarse prendado de esa persona es casi instantáneo. Es lo que llamamos amor a primera vista. En esos primeros momentos, puede darse “una atracción muy fuerte hacia la otra persona y dicha atracción da lugar a un fenómeno llamado ‘efecto halo’, en el que atribuimos a esa persona que nos gusta características positivas, aunque no tengamos la información que lo confirme”, detalla Macarena del Cojo, especialista del Instituto Psicológico Cláritas.
Esto hace que podamos pensar que nos hemos enamorado a primera vista. Pero, ¿esto es realmente amor? Según la ciencia, no.
Existe una diferencia notable entre enamoramiento y amor. En este sentido, Macarena del Cojo subraya que el enamoramiento puede desarrollarse muy rápido. “En nuestro cerebro se dan reacciones neuroquímicas en las que intervienen neurotransmisores como la dopamina, la serotonina o la noradrenalina, lo que hace que pueda sentirse como algo adictivo”, explica la psicóloga.
“En el estado de enamoramiento la percepción cambia. Por lo que se idealiza a la otra persona y no se es capaz de ver sus defectos o se los minimiza”, añade.
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Sin embargo, el amor es otra cosa. “El amor es el apego que aparece más tarde, con el paso del tiempo, y que se construye a través de una reflexión consciente sobre la relación. Es algo más maduro y racional, en el que ya no se idealiza a la otra persona, sino que se ven todas sus virtudes y defectos y hay que trabajar para que la pareja no se rompa”, manifiesta.
En este sentido, Del Cojo explica que una relación de pareja va pasando por distintas fases.
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Las fases de una relación de pareja
- La primera fase de una relación de pareja es el enamoramiento. Se trata de una fase de mucha atracción en la que tanto el amor como la otra persona se idealizan.
- La segunda fase es la del conocimiento y la aceptación. Aquí el cerebro pasa la etapa de enamoramiento y hay un conocimiento real de la persona, pues se empiezan a ver tanto sus defectos como sus virtudes. Ya no hay idealización. Nos enfrentamos a una visión más real de la otra persona y, por lo tanto, puede haber desilusión. Este es un momento crítico porque puede ocurrir que intentemos cambiar a la otra persona para que cumpla esa imagen ideal que teníamos de ella y esto puede generar un problema en la relación. “En este punto habrá que valorar si el balance de lo que vemos en la otra persona sigue siendo positivo y, si es así, la base es que haya una aceptación del otro para que la relación funcione”, advierte la psicóloga.
- La tercera fase es la consolidación. Una vez que ya hemos aceptado al otro como es y sentimos que la relación nos compensa, hay un afianzamiento y nos planteamos un posible proyecto de futuro juntos. “En esta fase no hay tanta intensidad emocional. Es lo que se llama ‘amor real’ y en ella la relación se consolida reforzando aspectos como la intimidad, la complicidad y el compromiso mutuo”, expresa.
Obstáculos para el amor
A lo largo de la vida, el amor puede encontrar muchos obstáculos. Macarena del Cojo señala que una relación de pareja puede deteriorarse por muchas razon
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es, pero las causas que más se ven en la consulta son: celos y desconfianza, problemas de comunicación y dificultades en lo relativo a la sexualidad.
Según indica la psicóloga, los celos y la desconfianza pueden deberse a inseguridades individuales por experiencias anteriores o a una historia personal difícil.
En cuanto a los problemas de comunicación, la especialista explica que hay varios niveles de comunicación y, cuando los dos miembros de una pareja no se encuentran en el mismo nivel de comunicación emocional, es común que la pareja se pueda deteriorar debido a los conflictos que surgen.
En lo relativo a las dificultades en la sexualidad, Del Cojo indica que la diferencia de libido, los tabúes o el temor a expresar las preferencias sexuales afectan a la intimidad y posteriormente a la dinámica de la relación fuera del terreno sexual.
Para superar estos y otros obstáculos es importante que la relación sea sólida. En este sentido, Macarena del Cojo subraya que hay ciertas bases que son necesarias para que una relación sea duradera. La primera de ellas es la aceptación del otro. “Esto incluye aceptar que hay cosas que no puedo tener, aceptar la limitación. No hay que intentar cambiar al otro”, manifiesta.
También es fundamental fomentar una comunicación abierta. “Es necesario el diálogo para poder crear un proyecto en común. Es importante poder negociar, ceder y llegar a acuerdos”, expresa. Otra de las bases de una relación duradera es la escucha activa.
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“Como complemento a la comunicación, es necesaria una buena escucha del otro en la que no haya juicio. La escucha no debe pasar por nuestro filtro ni debemos estar pensando en lo que vamos a responder. Se trata simplemente de escuchar”, recalca.
Por último, la psicóloga hace hincapié en la necesidad de cuidar la relación. Habrá “diferentes etapas vitales en las que la pareja puede estar en riesgo, por lo que es importante darle siempre un espacio a la pareja. Hay que compartir tiempo de calidad en pareja y no olvidar los gestos de cariño”, destaca.
La psicóloga afirma que el amor es algo que hay que trabajar de manera constante, ya que durante la vida de una pareja puede haber diferentes situaciones, etapas o acontecimientos que lo pongan en riesgo. Sin embargo, “si se trabaja en las bases de la relación y se vive la pareja como un equipo, es posible que el amor pueda durar para siempre. Aquí hablamos de un amor incondicional y no del enamoramiento de los primeros momentos”, recalca.