Desintoxicación 360º tras la chipa y los chocolates de la Semana Santa

Una desintoxicación no solo se trata de volver a conectar con la alimentación balanceada, sino también ordenar la casa, apagar pantallas, optar por una meditación breve, o reconectar con las rutinas. Te explicamos cómo.

Bienestar: desintoxicación, imagen ilustrativa.
Bienestar: desintoxicación, imagen ilustrativa.Shutterstock

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Si bien la Semana Santa tiene su dosis de ayuno y descanso, lo cierto es que suele ser un tiempo de excesos en cuanto a la comida y, como toda pausa, muchas veces cuesta retomar los hábitos saludables tras su paso.

El regreso a la vida cotidiana puede ser más llevadero con una desintoxicación completa que abarque cuerpo, mente y entorno. Este proceso integral nos ayuda a reequilibrar y revitalizar nuestro ser en todas sus dimensiones. ¿En qué consiste una desintoxicación del cuerpo?

Regresar a la alimentación saludable

Después de los excesos, lo primero es optar por comidas ligeras y equilibradas. Para eso incorporá una gran cantidad de frutas y verduras frescas que son ricas en fibra, antioxidantes y nutrientes esenciales.

Las sopas de verduras también son ideales para un periodo de desintoxicación; empezá tus comidas con ellas o bien prepará sopas que contengan alguna proteína y convertilas en platos únicos, completos, livianos y nutritivos.

Y no te olvides de la hidratación. Bebé al menos 2 litros de agua diariamente. El agua ayuda al cuerpo a eliminar toxinas, favorece la digestión y mantiene la piel saludable.

Cuando el clima acompaña, también es bueno beber infusiones de hierbas que, además, poseen todo tipo de beneficios para el cuerpo. Después de las comidas sientan muy bien, y algunas relajantes como el tilo, la valeriana o la manzanilla son perfectas para la noche.

Ejercicio físico: claves para volver a moverse

Es probable que no te hayas movido mucho en los últimos días, pero es necesario volver a moverte. Reanudá una rutina de ejercicio regular.

No necesitás sesiones intensas; incluso caminatas de 30 minutos al día pueden hacer una gran diferencia. Incluí disciplinas relajantes, ya que practicar yoga o pilates puede no solo tonificar tu cuerpo, sino también centrar tu mente.

No subestimes las sesiones cortas de ejercicios de baile que podés encontrar en YouTube, o unos minutos en la bicicleta estática. Cualquier movimiento que incorpores estará bien para empezar a acercarte a tus ritmos de antes.

Desintoxicación de la mente

Si utilizaste estos días para un viaje relámpago con la familia o amigos, es probable que necesites un descanso para la mente. Muchas veces las conversaciones interminables o la simple convivencia con personas con las que no estás acostumbrado a pasar mucho tiempo pueden llegar a ser abrumadoras.

Dedicá al menos 10 minutos al día para meditar. Esto puede reducir el estrés, disminuir la ansiedad y potenciar la concentración. Además, será necesaria una desconexión digital: establecé momentos libres de tecnología para permitir que tu mente descanse y recargue energías.

Sueño reparador

No tener que levantarse todos los días a la misma hora puede ser genial por unos días, pero volver a la rutina exige que esa alarma vuelva a sonar a la hora de antes. Para que esto no sea molesto, deberás cuidar tus hábitos de sueño. Una rutina de sueño consistente se basa en tratar de acostarte y levantarte a la misma hora cada día.

Bienestar: dormir bien.
Bienestar: dormir bien.

Recordá que un sueño adecuado es crucial para un estado mental óptimo. Por otro lado, dale importancia a los ambientes relajantes, creá un entorno propicio para el sueño sin distracciones tecnológicas y con una iluminación adecuada.

Dejá el celular a un lado por lo menos una hora antes de dormir, y eliminá las notificaciones durante tu tiempo de descanso.

Desintoxicación del entorno

Quizás te marchaste a las apuradas y, ahora, al volver con un montón de ropas sucias te encontrás con que también tu casa está hecha un desastre. Lo mejor es respirar profundo y organizar tu hogar para que sea un reflejo de claridad y tranquilidad.

Priorizá lo que esté en tu camino diario y aprovechá para deshacerte de objetos innecesarios y simplificar tus pertenencias. Si es posible, incorporá plantas a tu casa o tu oficina, ya que estas no solo mejoran la calidad del aire interior, sino que también aportan tranquilidad y felicidad.

Por otro lado, rodearse de energía positiva es fundamental para que tu regreso a la rutina no te golpee. Aunque no siempre se puede elegir a las personas a nuestro alrededor, hacer un esfuerzo por pasar tiempo con personas que nos elevan es vital.

El paso de unas minivacaciones a la “normalidad” no tiene por qué ser un suplicio.

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