Silvia Blasco, viceministra de Protección de los Derechos de la Mujer, conversó con ABC sobre cómo la violencia en el noviazgo se está adaptando a los tiempos digitales, muchas veces pasan por desapercibido algún gesto que aparenta afecto o preocupación, pero no lo es.
“Hoy los celos se disfrazan de amor, pero son control. Me pide mi ubicación en tiempo real, me controla cuántos ‘me gusta’ tengo, qué ropa uso, con quién estoy. Eso no es amor, es violencia”, advirtió.
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Según Blasco, la tecnología permitió que la violencia llegue más rápido y se vuelva más constante. “El celular no le falta a ninguna persona y muchas relaciones hoy son más virtuales que presenciales”, agregó.
Blasco señaló que uno de los errores más comunes es interpretar el control como una muestra de cariño. “Muchas chicas piensan que los celos son una prueba de amor. Dicen que tiene celos porque le quiere. Pero el amor no encierra, el amor acompaña”, explicó.
La violencia también se da desde el teléfono
Entre los signos de alerta mencionó el pedido de contraseñas, la revisión constante del celular y el aislamiento de la pareja de su entorno familiar o social.
Otro punto alarmante es el envío de fotos íntimas. “Hay amenazas con divulgar imágenes si la relación termina. Algunas personas guardan todas las fotos como si fueran trofeos de su ‘ganado’. Es una forma de violencia que genera mucho miedo”, expresó.
“Un noviazgo no debe basarse en el control ni en el miedo. Debe haber libertad, respeto y elección mutua”, afirmó la viceministra.
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Mencionó además el caso de María Fernanda, una adolescente víctima de feminicidio, que sacudió a la sociedad. A raíz de este y otros casos, instituciones como el Ministerio de la Mujer, de la Niñez, de Educación y la Secretaría de la Juventud están formando equipos para llevar adelante la campaña “Noviazgo sin violencia”.
“Yo no soy de nadie”
Silvia Blasco enfatizó de que una persona no es dueña de nadie. Recordó que en toda relación debe primar el respeto y la libertad. “Estar con alguien es una elección, no una posesión. No debe haber control, sino compañerismo. Caminar juntos, ni delante ni detrás”.
Resaltó que se debe prender a identificar los nuevos rostros de la violencia antes de que sea tarde. Porque el verdadero amor no hiere, no calla, no encierra, sino que acompaña, cuida y libera.