Tendinitis emocional: cómo las emociones influyen en el dolor crónico

¿Sabías que tus emociones pueden causar o agravar el dolor físico? La llamada tendinitis emocional vincula el estrés, la ansiedad o el trauma con dolores persistentes, especialmente en músculos y tendones. Un enfoque que gana peso en medicina y psicología.

Tendinitis, imagen ilustrativa.
Tendinitis, imagen ilustrativa.Jacob Wackerhausen

¿Qué es la tendinitis y por qué puede volverse crónica?

La tendinitis es la inflamación de un tendón, el tejido que conecta el músculo con el hueso. Suele manifestarse con dolor, sensibilidad y dificultad para mover la articulación afectada.

Tendinitis, imagen ilustrativa.
Tendinitis, imagen ilustrativa.

Entre las causas más comunes figuran movimientos repetitivos, sobrecarga o lesiones, pero en hasta un 10-20% de los casos el dolor persiste durante meses o incluso años, convirtiéndose en un problema crónico.

Las emociones y el cuerpo: una relación indiscutible

La relación entre emociones y síntomas físicos está ampliamente documentada.

Tendinitis, imagen ilustrativa.
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El estrés, la tristeza profunda o la ansiedad no solo afectan la mente, sino que también pueden desencadenar dolencias físicas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de las consultas médicas están relacionadas con causas psicosomáticas, es decir, procesos en los que el estado psicológico impacta en la salud corporal.

El papel de las emociones en la tendinitis

La “tendinitis emocional” se refiere a la visión de que las emociones negativas mantenidas en el tiempo pueden contribuir a la aparición o cronificación de la tendinitis.

Tendinitis, imagen ilustrativa.
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Investigaciones realizadas en años recientes, como las publicadas en la revista Pain Medicine, han mostrado que el estrés prolongado aumenta la tensión muscular y promueve respuestas inflamatorias en el organismo.

Esto, sumado a una mayor liberación de cortisol y otras hormonas del estrés, puede dificultar la reparación de los tejidos y perpetuar el ciclo de dolor.

Especialistas en psicología corporal explican que las emociones reprimidas o el desgaste emocional diario pueden reflejarse en zonas específicas del cuerpo, y los tendones son especialmente sensibles por su función de sostén y movimiento.

Señales de una posible tendinitis emocional

Tendinitis, imagen ilustrativa.
Tendinitis, imagen ilustrativa.

Aunque no existe un diagnóstico médico oficial de tendinitis emocional, algunos indicios pueden señalar su presencia:

  • Dolor persistente pese a tratamientos físicos convencionales
  • Episodios de dolor asociados a periodos de ansiedad, tristeza o estrés intenso
  • Falta de una causa física clara tras estudios médicos
  • Mejoría sintomática tras intervenciones psicológicas o cambios de vida

Cómo abordar el dolor desde un enfoque integral

El tratamiento de la tendinitis crónica requiere un abordaje multidisciplinario.

Fisioterapeutas, médicos y psicólogos coinciden en que el manejo del estrés y el enfrentamiento de emociones reprimidas pueden marcar un antes y un después en la recuperación.

Prácticas como la terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación, mindfulness y expresión emocional guiada son herramientas recomendadas para romper el círculo vicioso del dolor.

El cuerpo es un espejo de nuestras emociones. Comprender la relación entre nuestra salud emocional y el dolor crónico, como la tendinitis, abre una nueva vía para tratamientos más humanos y efectivos.

Si sufrís de dolor persistente, no dudes en explorar también el lado emocional de tu bienestar: tu cuerpo y tu mente, en realidad, hablan el mismo idioma.

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