¿Qué es la ansiedad climática?
La ansiedad climática puede definirse como el temor constante y profundo ante las consecuencias adversas del cambio climático y la degradación ambiental.
Manifestaciones como miedo, culpa, desesperanza y hasta pánico surgen en respuesta a un contexto de incertidumbre ecológica. Según la Asociación Americana de Psicología (APA), este tipo de ansiedad no se considera una enfermedad mental, sino una respuesta razonable frente a la situación ambiental global.
Lea más: Día Mundial de la Alergia: síntomas, tipos más comunes y cuándo consultar al médico
¿Cómo se manifiesta?

Según especialistas, la ansiedad climática puede presentarse de diversas formas:
- Preocupación constante por noticias sobre el clima.
- Sensación de impotencia ante la magnitud del problema.
- Insomnio o dificultades para descansar.
- Cambios de humor y síntomas depresivos.
- Aislamiento social por miedo o frustración.
Un estudio publicado por la revista médica The Lancet en 2024 reveló que el 59 % de jóvenes encuestados a nivel mundial se sienten “muy” o “extremadamente” preocupados por el cambio climático. Además, cuatro de cada diez dijeron dudar sobre tener hijos debido a la crisis ambiental.
Lea más: Tu niño interior no es solo un mito: cómo afecta tus decisiones hoy
Factores de riesgo y grupos vulnerables
La exposición constante a eventos climáticos extremos —como olas de calor, inundaciones o incendios— incrementa la vulnerabilidad emocional. Las comunidades rurales, pueblos indígenas y personas de bajos recursos suelen estar más expuestas a estos fenómenos y, por tanto, pueden experimentar mayores niveles de angustia.
Lea más: ¿Vivís comparándote? Así afectan las redes sociales a tu autoestima
Estrategias para afrontar la ansiedad climática

Los expertos recomiendan las siguientes acciones para sobrellevar la ansiedad climática y promover el bienestar emocional:
- Informarse de manera responsable: limitar la sobreexposición a noticias negativas y buscar fuentes confiables ayuda a mantener la perspectiva.
- Participar en acciones colectivas: integrarse a campañas o iniciativas medioambientales promueve un sentido de propósito y comunidad.
- Cuidar el autocuidado: practicar técnicas de relajación, como el mindfulness o la meditación, puede ser útil.
- Buscar apoyo profesional: acudir a psicólogos u otros especialistas en salud mental cuando la ansiedad se vuelve abrumadora.
- Construir resiliencia: fomentar espacios de conversación y apoyo mutuo contribuye a enfrentar la crisis con mayor fortaleza.
La crisis climática implica retos no solo ambientales o económicos, sino también emocionales. Ante este escenario, es fundamental reconocer y validar la ansiedad climática como una reacción legítima, así como promover estrategias comunitarias y de salud pública para enfrentar su impacto.
Solo así se podrá proteger la salud mental de la población y fortalecer la resiliencia social frente a los desafíos del presente y del futuro.