Señales corporales que alertan sobre problemas neurológicos: ¿sabés reconocerlas?

Los síntomas neurológicos iniciales pueden manifestarse en el cuerpo antes que en la mente. Expertos advierten sobre la importancia de reconocer estos signos físicos, que pueden marcar la diferencia en el diagnóstico temprano de trastornos como el accidente cerebrovascular y la enfermedad de Parkinson.

Concepto de accidente cerebrovascular.
Concepto de accidente cerebrovascular.Shutterstock

Lo que el cuerpo muestra antes del diagnóstico

A veces, los primeros “avisos” de un problema neurológico no son cognitivos, sino corporales: cambios sutiles en la fuerza, la sensibilidad, la vista, el equilibrio o el sueño.

Especialistas señalan que identificar patrones —y su velocidad de instalación— ayuda a orientar la consulta. La Organización Mundial de la Salud reconoce que el accidente cerebrovascular, la epilepsia, la enfermedad de Parkinson y otros trastornos comparten pródromos físicos que mejoran el pronóstico si se detectan a tiempo.

Señales motoras y sensoriales a no pasar por alto

Concepto de visión doble.
Concepto de visión doble.
  • Debilidad o torpeza súbita de un lado del cuerpo: levantar un brazo y no poder sostenerlo, arrastre de la pierna o caída de la comisura labial. Requiere urgencia por posible accidente cerebrovascular.
  • Alteraciones del habla: dificultad para articular palabras, hablar “pastoso” o no comprender frases simples.
  • Visión doble, pérdida visual parcial o repentina, o párpado caído: puede vincularse a compromiso del nervio oculomotor, miastenia gravis, crisis hipertensiva o eventos isquémicos.
  • Hormigueo, entumecimiento o sensación de “electricidad” persistente: cuando es progresivo o simétrico en “guante y media”, sugiere neuropatía periférica; si es focal y súbito, amerita evaluación por evento vascular o compresión radicular.
  • Pérdida o disminución del olfato (hiposmia) no explicada por congestión: descrita como pródromo frecuente en la enfermedad de Parkinson, junto con estreñimiento y trastorno de sueño REM.
  • Inestabilidad, caídas sin causa clara, o ataxia (marcha “ebria”): puede asociarse a afecciones cerebelosas, efectos de fármacos o neuropatías sensoriales.
  • Cefalea “trueno” de inicio explosivo o el peor dolor de cabeza de la vida: alerta de hemorragia subaracnoidea u otras causas graves.
  • Dolor facial lancinante en descargas breves: característico de neuralgia del trigémino.
  • Fasciculaciones con pérdida de fuerza progresiva: ameritan evaluación por trastornos de motoneurona.
  • Somnolencia diurna con conductas “actuadas” durante el sueño REM (golpes, gritos): marcador prodrómico de sinucleinopatías según estudios en The Lancet Neurology.

Lo que la ciencia sabe: evidencia y prevalencias

  • Accidente cerebrovascular: es una de las principales causas de discapacidad, según la OMS. La escala pública BE-FAST (Balance, Eyes/Ojos, Face/Cara, Arm/Brazo, Speech/Habla, Time/Tiempo) ayuda a reconocer signos de alarma que justifican activar servicios de emergencia.
  • Parkinson: organizaciones como el NINDS y fundaciones especializadas describen hiposmia, estreñimiento, reducción de la amplitud de los movimientos (micrografía, voz más baja), y trastorno de conducta en sueño REM como señales tempranas.
  • Esclerosis múltiple: síntomas neurológicos que aparecen y remiten —neuritis óptica con dolor al mover el ojo, parestesias, debilidad— suelen motivar resonancia magnética para detectar lesiones desmielinizantes, de acuerdo con guías de la American Academy of Neurology.
  • Neuropatías periféricas: la diabetes es la causa más habitual. El patrón “calcetín y guante”, dolor quemante nocturno y pérdida de sensibilidad vibratoria orientan el diagnóstico, con confirmación por electroneuromiografía.
  • Miastenia gravis: ptosis y diplopía que empeoran al final del día y mejoran con descanso son rasgos clásicos; los test de anticuerpos y la estimulación repetitiva respaldan el diagnóstico.

Cuándo consultar y qué estudios se solicitan

Migraña.
Migraña.
  • Consulta inmediata: inicio súbito de debilidad, asimetría facial, trastorno del habla, visión doble brusca, cefalea explosiva, convulsiones o alteración del nivel de conciencia.
  • Consulta prioritaria (días): hormigueo progresivo, pérdida de olfato no explicada, caídas recientes, cambios en escritura o voz, cefaleas nuevas que cambian de patrón, ptosis/diplopía fluctuantes.
  • Estudios frecuentes: examen neurológico, análisis de sangre (glucosa, vitamina B12, función tiroidea, marcadores autoinmunes), neuroimágenes (TC para urgencias; RM para lesiones desmielinizantes, tumores o isquemia subaguda), electroencefalograma ante crisis o episodios confusionales, punción lumbar en infecciones o enfermedades inflamatorias, electroneuromiografía en neuropatías y trastornos de la unión neuromuscular, pruebas olfativas estandarizadas en sospecha de Parkinson.

Factores de riesgo y “red flags”

Mareo.
Mareo.
  • Vascular: hipertensión, diabetes, dislipidemia, fibrilación auricular, tabaquismo y migraña con aura elevan el riesgo de eventos isquémicos.
  • Infeccioso-inflamatorio: fiebre con rigidez de nuca y fotofobia sugiere meningitis; cefalea con dolor de mandíbula y visión borrosa en mayores y VSG elevada apunta a arteritis de células gigantes.
  • Oncológico-paraneoplásico: pérdida de peso, dolor nocturno que despierta, síntomas neurológicos subagudos multifocales.
  • Fármacos y tóxicos: quimioterápicos, metronidazol, nitrofurantoína, alcohol crónico y exposición a metales pesados pueden causar neuropatías o ataxia.

Qué hacer mientras esperás la consulta

  • Registrá los síntomas: inicio, duración, factores que los empeoran o alivian, y si afectan un lado del cuerpo.
  • No manejes si hay visión doble, inestabilidad marcada o somnolencia.
  • Evitá automedicarte con corticoides, anticoagulantes o triptanes sin indicación.
  • Revisá medicación actual: algunos fármacos precipitan síntomas neurológicos; llevá la lista a la consulta.
  • Si notás signos de BE-FAST, contactá servicios de emergencia sin demora.
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