Lo que el cuerpo muestra antes del diagnóstico
A veces, los primeros “avisos” de un problema neurológico no son cognitivos, sino corporales: cambios sutiles en la fuerza, la sensibilidad, la vista, el equilibrio o el sueño.
Especialistas señalan que identificar patrones —y su velocidad de instalación— ayuda a orientar la consulta. La Organización Mundial de la Salud reconoce que el accidente cerebrovascular, la epilepsia, la enfermedad de Parkinson y otros trastornos comparten pródromos físicos que mejoran el pronóstico si se detectan a tiempo.
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Señales motoras y sensoriales a no pasar por alto

- Debilidad o torpeza súbita de un lado del cuerpo: levantar un brazo y no poder sostenerlo, arrastre de la pierna o caída de la comisura labial. Requiere urgencia por posible accidente cerebrovascular.
- Alteraciones del habla: dificultad para articular palabras, hablar “pastoso” o no comprender frases simples.
- Visión doble, pérdida visual parcial o repentina, o párpado caído: puede vincularse a compromiso del nervio oculomotor, miastenia gravis, crisis hipertensiva o eventos isquémicos.
- Hormigueo, entumecimiento o sensación de “electricidad” persistente: cuando es progresivo o simétrico en “guante y media”, sugiere neuropatía periférica; si es focal y súbito, amerita evaluación por evento vascular o compresión radicular.
- Pérdida o disminución del olfato (hiposmia) no explicada por congestión: descrita como pródromo frecuente en la enfermedad de Parkinson, junto con estreñimiento y trastorno de sueño REM.
- Inestabilidad, caídas sin causa clara, o ataxia (marcha “ebria”): puede asociarse a afecciones cerebelosas, efectos de fármacos o neuropatías sensoriales.
- Cefalea “trueno” de inicio explosivo o el peor dolor de cabeza de la vida: alerta de hemorragia subaracnoidea u otras causas graves.
- Dolor facial lancinante en descargas breves: característico de neuralgia del trigémino.
- Fasciculaciones con pérdida de fuerza progresiva: ameritan evaluación por trastornos de motoneurona.
- Somnolencia diurna con conductas “actuadas” durante el sueño REM (golpes, gritos): marcador prodrómico de sinucleinopatías según estudios en The Lancet Neurology.
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Lo que la ciencia sabe: evidencia y prevalencias
- Accidente cerebrovascular: es una de las principales causas de discapacidad, según la OMS. La escala pública BE-FAST (Balance, Eyes/Ojos, Face/Cara, Arm/Brazo, Speech/Habla, Time/Tiempo) ayuda a reconocer signos de alarma que justifican activar servicios de emergencia.
- Parkinson: organizaciones como el NINDS y fundaciones especializadas describen hiposmia, estreñimiento, reducción de la amplitud de los movimientos (micrografía, voz más baja), y trastorno de conducta en sueño REM como señales tempranas.
- Esclerosis múltiple: síntomas neurológicos que aparecen y remiten —neuritis óptica con dolor al mover el ojo, parestesias, debilidad— suelen motivar resonancia magnética para detectar lesiones desmielinizantes, de acuerdo con guías de la American Academy of Neurology.
- Neuropatías periféricas: la diabetes es la causa más habitual. El patrón “calcetín y guante”, dolor quemante nocturno y pérdida de sensibilidad vibratoria orientan el diagnóstico, con confirmación por electroneuromiografía.
- Miastenia gravis: ptosis y diplopía que empeoran al final del día y mejoran con descanso son rasgos clásicos; los test de anticuerpos y la estimulación repetitiva respaldan el diagnóstico.
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Cuándo consultar y qué estudios se solicitan

- Consulta inmediata: inicio súbito de debilidad, asimetría facial, trastorno del habla, visión doble brusca, cefalea explosiva, convulsiones o alteración del nivel de conciencia.
- Consulta prioritaria (días): hormigueo progresivo, pérdida de olfato no explicada, caídas recientes, cambios en escritura o voz, cefaleas nuevas que cambian de patrón, ptosis/diplopía fluctuantes.
- Estudios frecuentes: examen neurológico, análisis de sangre (glucosa, vitamina B12, función tiroidea, marcadores autoinmunes), neuroimágenes (TC para urgencias; RM para lesiones desmielinizantes, tumores o isquemia subaguda), electroencefalograma ante crisis o episodios confusionales, punción lumbar en infecciones o enfermedades inflamatorias, electroneuromiografía en neuropatías y trastornos de la unión neuromuscular, pruebas olfativas estandarizadas en sospecha de Parkinson.
Factores de riesgo y “red flags”

- Vascular: hipertensión, diabetes, dislipidemia, fibrilación auricular, tabaquismo y migraña con aura elevan el riesgo de eventos isquémicos.
- Infeccioso-inflamatorio: fiebre con rigidez de nuca y fotofobia sugiere meningitis; cefalea con dolor de mandíbula y visión borrosa en mayores y VSG elevada apunta a arteritis de células gigantes.
- Oncológico-paraneoplásico: pérdida de peso, dolor nocturno que despierta, síntomas neurológicos subagudos multifocales.
- Fármacos y tóxicos: quimioterápicos, metronidazol, nitrofurantoína, alcohol crónico y exposición a metales pesados pueden causar neuropatías o ataxia.
Qué hacer mientras esperás la consulta
- Registrá los síntomas: inicio, duración, factores que los empeoran o alivian, y si afectan un lado del cuerpo.
- No manejes si hay visión doble, inestabilidad marcada o somnolencia.
- Evitá automedicarte con corticoides, anticoagulantes o triptanes sin indicación.
- Revisá medicación actual: algunos fármacos precipitan síntomas neurológicos; llevá la lista a la consulta.
- Si notás signos de BE-FAST, contactá servicios de emergencia sin demora.