El ahorro energético de un órgano costoso
El cerebro es apenas una fracción del peso corporal, pero consume una porción desproporcionada de energía. Desde esa base metabólica, minimizar esfuerzos —motores y cognitivos— suele ser una estrategia eficiente.
En tareas repetitivas o de baja incertidumbre, elegir la opción menos demandante libera recursos para otras funciones. En la práctica, eso se traduce en atajos mentales, rutinas y preferencias por acciones con menor fricción.
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Sistema 1, sistema 2 y la economía del esfuerzo
La distinción popularizada por Daniel Kahneman entre un pensamiento rápido e intuitivo y otro lento y deliberado ayuda a entender por qué, ante decisiones cotidianas, predomina lo automático.
Activar procesos deliberativos tiene un costo: requiere atención sostenida y control cognitivo. Investigaciones en psicología y neurociencia han mostrado que las personas “descuentan” tareas cuando implican alto esfuerzo mental, incluso si ofrecen mejores resultados.
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El costo subjetivo del esfuerzo en el cerebro
Estudios de neuroimagen publicados en revistas como Nature Neuroscience vinculan la corteza cingulada anterior y regiones frontales con el cálculo del “valor esperado del control”: el cerebro pondera si vale la pena invertir esfuerzo según probabilidad de éxito y magnitud de la recompensa.
La dopamina, clave en el aprendizaje por recompensa, también participa en cómo se valora el esfuerzo: cuando la recompensa es inmediata o clara, aumenta la disposición a comprometer recursos; si es difusa o lejana, prevalece la evitación.
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La tiranía de la inercia: defaults y fricciones mínimas
La economía del comportamiento documentó efectos sistemáticos que empujan al camino fácil. El “default effect” muestra que la opción preseleccionada concentra adhesiones simplemente por reducir pasos.
Pequeñas fricciones —un formulario más, un clic extra— pueden hundir decisiones beneficiosas. En contextos de alta carga cognitiva o fatiga, esa sensibilidad a la fricción se acentúa y las personas recurren más a hábitos o a lo que ya conocen.
Tecnología que diseña la pereza
Interfaces digitales aprovechan esta dinámica: desplazamientos infinitos, notificaciones salientes y botones prominentes reducen el esfuerzo de interacción y maximizan el tiempo de uso.
El diseño persuasivo no solo facilita tareas; configura conductas por defecto. Cambiar de aplicación, revisar configuraciones de privacidad o desactivar alertas exige más pasos que seguir como siempre.
No es defecto, es adaptación
Elegir lo fácil no implica necesariamente elegir mal. Los heurísticos —reglas simples para decidir— suelen ser adaptativos en entornos estables. Reducen tiempos, ahorran energía y, en promedio, dan resultados aceptables.
El problema aparece cuando las “opciones fáciles” están mal alineadas con metas de largo plazo o cuando la arquitectura de decisiones explota sesgos para orientar elecciones de forma opaca.
La evidencia sugiere que el esfuerzo se invierte si el entorno hace visible su retorno. Objetivos claros, feedback rápido y recompensas tangibles aumentan la disposición a asumir tareas demandantes.
En educación, por ejemplo, descomponer desafíos complejos en tramos cortos con retroalimentación frecuente eleva el compromiso. En salud, recordatorios y seguimiento reducen la carga de planificar desde cero cada día.
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Cómo inclinar la balanza sin depender de la fuerza de voluntad
- Diseñar el entorno: colocar lo deseado a la vista y a un paso, y lo no deseado fuera de alcance. Si elegís entre opciones saludables y ultraprocesadas, la proximidad física pesa.
- Automatizar lo valioso: adhesiones por defecto a aportes, ahorros o recordatorios transforman buenas intenciones en acciones sin fricción.
- Limitar opciones irrelevantes: menos alternativas reducen la parálisis por análisis y el cansancio decisorio.
- Subir la fricción de lo indeseado: desactivar reproducción automática, quitar notificaciones no esenciales, pedir confirmaciones antes de compras impulsivas.
- Preparar puntos de no retorno: compromisos previos, como agendar bloques de trabajo o pactar entregas, bajan el costo de empezar.