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“Una cara estirada no es una cara más joven” señala el Dr. Derliz Mussi, especialista en cirugía plástica, estética y reparadora.
Los factores influyentes en la pérdida de elasticidad de la piel son las agresiones propias del medio ambiente, la gravedad, los rayos solares y el estrés. Estos deterioran progresivamente la piel, dándole un aspecto acartonado, seco y poco vital. “La filosofía actual del lifting es llegar a lo más natural. Ya no es sinónimo de una cara estirada, sino de un rostro rejuvenecido con cicatrices mínimas”, continúa el Dr. Mussi.
El Dr. Mussi, , formado en Barcelona, España, destaca que con los avances, el lifting se convirtió en una intervención quirúrgica bastante segura, con riesgos y complicaciones mínimas. “El lifting evolucionó. Tenemos mínimas incisiones. Hay manera de prevenir pero siempre es importante concurrir con el especialista para que evalúe con precisión quien podría ser candidato a esta intervención de alrededor de 4 horas”, recomendó.
Esta técnica busca volver a tensar la piel, reacomodando músculos y huesos. Devuelve el volumen a zonas como el pómulo, los surcos y el mentón. “Diez años atrás el lifting era sólo estirar la piel. Con el tiempo, se vio que hay además disminución de musculatura, atrofia muscular y reabsorción de huesos y grasa, y hay que devolver todo eso”, consideró el especialista formado en Europa.
Se pueden hacer evaluaciones desde los 40 años, aunque estadísticamente, las personas que más acceden a la intervención están entre 50 a 60 años. Agregó que aunque la mayoría son mujeres, en los últimos años ha crecido significativamente el número de hombres.
Existen tratamientos mínimamente invasivos utilizados como medidas preventivas para el envejecimiento. Mussi sugirió unos como el botox, rellenos con ácido hialurónico, o hilos tensores “con el fin de tratar de estimular el colágeno y mantener la elasticidad”.