Testimonio vivencial: Sobrevivir a la depresión

Doraliz Aranda Villalba (40) es una escritora paraguaya abocada al tema de la depresión. Ella misma vivió al borde de la angustia durante años. La autora -ya recuperada- busca dar un testimonio esperanzador para otras personas.

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Doraliz nació en Mbuyapey (Paraguarí), sus raíces la hacen amar el campo, el de Paraguay o el de Derbyshire (Inglaterra), donde reside hace varios años. Siempre quiso ser escritora, pero estudió Administración de Empresas, “era otra época, profesionalmente más rudimentaria; solo algunos tenían celular, se estaba pasando de la máquina de escribir a la eléctrica, se usaba fax, todo se registraba en libros rubricados a mano”. El campo de trabajo y el clima laboral fueron cambiando rápidamente, “ni hablar cuando se sale del país, como fue mi caso al casarme con un extranjero. En el Reino Unido tu terreno laboral cambia 360 grados. Pero necesitas trabajar, por salud mental cuando vives en un lugar donde llueve mucho y gran parte del año está nublado, y también por talento, porque tienes una carrera”, afirma. En Asunción Doraliz trabajaba en una firma privada, ahí conoció a su esposo, un consultor británico que pasaría unos días en nuestra ciudad, y a ella le pidieron llevarle un café. “Cuando lo vi, supe de inmediato que me casaría con él”. Un gran amor, nuevos horizontes, una vida de ensueño. Nada advertía, sin embargo, un futuro de estrés y depresión.

-Trabajaste 20 años en Administración de Empresas, te habías estabilizado en un país de Primer Mundo. Un día dejaste todo lo que lograste, ¿qué ocurrió?

En Londres me encontré con otro mundo, produce hasta un shock. Pude acceder al campo laboral gracias a mi habilidad plurilingüe. Me enfoqué en el área de ventas internacionales y marketing, algo que ya hacía en Paraguay.

-Hasta ahí cumpliste el sueño de muchos profesionales

Pero me aguardaba una sorpresa, los targets de ventas, objetivos inalcanzables, y si los alcanzabas en un año te lo incrementaban al siguiente, porque supuestamente “te gustan los desafíos” y la compañía debe crecer. En este tipo de trabajos, te exigen estar disponible todo el tiempo. Además son áreas muy competitivas, pero no competís con la competencia sino con los propios miembros de tu organización. Mientras más agresivo seas, eres material para manager. Se trabaja en ambientes con estricto control de desempeño, miden cada llamada o visita que haces, tu conversación de ventas y el margen con el que cierras el trato.

-Todo tiene su recompensa económica

Sí, hay mucho dinero, salarios, comisiones, bonos, acciones en la empresa. Y así vendés tu alma, porque no hay vida personal ni salud. También hay muerte prematura, hogares desbaratados, ansiedad y sobremedicación. El costo no es monetario. Desde los 29 hasta los 35 años viví sobremedicada y adicta a los medicamentos prescriptos (drogas legales) como tranquilizantes, pastillas para dormir y antidepresivos. ¿Es eso el éxito?

-Se ha llegado a pensar que sí

Lamentablemente el abuso y la alta presión laboral se han normalizado en todas partes. En español se llama agotamiento, pico de estrés, en Japón, karoshi, en inglés, burnout. Son parte de la vida moderna. Pero se puede cambiar de carrera cuando las cosas se vuelven insoportables. Conozco varias personas que cambiaron de carrera para estar mejor, incluyendo a mi marido. Nos metieron en la cabeza que solo se puede desarrollar una carrera, es una idea muy arraigada en Paraguay, pero es falsa. Cuando quieres hacer un cambio y te lo propones, no hay edad. Pero como alguien que lo ha hecho, digo que hay que planificarlo bien, prepararse mentalmente, hablarlo con la familia, porque las cuentas por pagar seguirán llegando. Abrirse camino y establecerse en una nueva profesión es un proceso que lleva de 3 a 5 años.

-¿Qué síntomas nos alertan que deberíamos cambiar de trabajo, carrera?

Vives desapasionado, desesperanzado, despiertas desganado, te sientes en falta contigo mismo. Si tu trabajo invade tu vida personal, si afecta tu calidad de vida, de sueño, de apetito son alarmas que hay que escuchar. Pudiste haber disfrutado de tu carrera hasta cierto punto, pero uno también cambia, desarrolla otros intereses o habilidades.

-El estrés llega anticipadamente

El estrés es una alarma diciéndote “¡Hey, eso que estás haciendo no te hace bien!”. Si lo ignoras, pasas a la ansiedad, una enfermedad mental horrenda, que si te medicas, apagas la alarma nuevamente y, con el tiempo, te viene la depresión.

-Mucha gente hoy se autodiagnostica depresiva.

A nivel físico tienes alergias, resfriados constantes, gastritis, problemas con la vesícula biliar, glándula suprarrenal desgastada. No hay forma que no sientas esas alarmas. Algunos se refugian en el sexo, lo cual es en sí otra adicción y un serio problema; otros en el cigarrillo, alcohol, drogas legales e ilegales, la comida y la falta de sueño o sueño entrecortado. También hay que reconocer cuando basas tu felicidad en cuestiones externas y aprobación social y no la encuentras dentro de ti. Porque es dentro nuestro dónde se encuentra la satisfacción con la vida; hallar un propósito o misión y sentirte útil, valioso.

-En tu visión y experiencia no se supera tampoco con yoga y meditación. Son terapias muy de moda

La respuesta es un poco más profunda que una terapia específica que trata los síntomas pero no la raíz del problema. Esa raíz está en tus relaciones y en tu medioambiente. Algunas personas dicen “no tengo relación con esa persona” (refiriéndose a su ex), sin embargo, viven peleados y antagonizando por los hijos. La verdad es que sí tienen una relación, pero mala. Lo mismo con un miembro de tu familia o amigo que por ahí es un campo de mala energía. Igual pasa en el campo laboral. Si pasas 8 o más horas en un ambiente de trabajo caldeado, agresivo, inseguro, con plazos de entregas no realistas, abuso verbal y desconfianza, estás produciendo hormonas de estrés cada hora, como la adrenalina, noradrenalina y el cortisol, todo eso desgasta tu glándula suprarrenal. Estar en un ambiente inseguro te mantiene en un estado no natural de vigilancia y mal diálogo constante. A nivel mental, pasas por un camino recto del estrés a la ansiedad y a la depresión.

-Cuántos prefieren soportar “hasta que pase”, con pastillas

Eso no cambiará las cosas si sigues en la misma situación. Las hormonas de estrés, como la adrenalina y nordrenalina, se pueden quemar con ejercicio en el gym, pero no así el cortisol que tiene una duración prolongada en el organismo, genera oxidación e inflamación en el cuerpo, dos bases seguras para el cáncer, y en tu cerebro el estrés tiene el efecto equivalente: produces los neurotransmisores que te aceleran más como la norepinefrina, pero afecta los niveles de serotonina, dopamina, oxitocina. Es decir, afectas la homeostasis de tu organismo. ¿Una hora de yoga, meditación o pilates revertirá esto? Mañana te enfrentarás a lo mismo. Hay que entender que el efecto en cadena que genera y el daño irreversible en el organismo cuando es por tiempo prolongado, afecta además a toda tu familia. Si le aplicas la mente positiva, y decides mirar negro lo que es blanco, te estás mintiendo, como cuando te dices “si dejo este trabajo o relación, no voy a encontrar otro”.

-¿Cuál es tu propuesta?

Reconocer a tiempo los malos ambientes laborales o estudiantiles, las malas relaciones personales, y ver otras opciones en la vida. A veces hay escape. Sé que no siempre, como cuando hay un pariente enfermo. Pero aún así puedes hacer terapia psicológica o desarrollar una vida más espiritual, pedir ayuda y tomarte tiempo libre. Permitirte disfrutar de cosas simples: comer lo que te gusta, conversar gratamente, mirar tu jardín, escuchar música, pero para eso necesitas estar presente en el aquí y ahora. Y no hablo de mindfulness, otra de las nuevas terapias, sino de hacer intervenciones y cambios en tu vida a tiempo para mejorar tu diálogo interno, si hace falta busca ayuda psicológica para lograr esto y cultivar la esperanza, la compasión. Entiende de salud mental para ayudarte a ti mismo y a tus seres queridos. Si puedes haz meditación, pero no para lidiar con un ambiente hostil, sino para reconectarte con tu paz interior y valorarte lo suficiente para salir de esos ambientes hostiles.

ESCRIBIR Y COMPARTIR

Doraliz tiene publicados 2 libros – en formato papel, e book y audiolibro- que son en gran parte autobiográficos. El primer libro se llama “La llave para salir de tu prisión mental de estrés, ansiedad y depresión”, el segundo “Infierno laboral” y el tercero será lanzado este año en Paraguay y se titula “Las llanuras del alma”. Cada uno de los libros representa una etapa de la vida de la autora. “En mi primer libro hablo de lo que funcionó en mí, lo que aprendí con ayuda médica, del largo y lento recorrido de recuperación. Lo escribí porque cuando leí sobre el tema solo encontré libros escritos por doctores de una manera fría y distante, no me conectaba con la historia, me veía enferma y parecía que me quedaría así para siempre. Yo, como sobreviviente, le di una narración más colorida y cálida a pesar de la lúgubre condición del tema. Lo diseñé en formato audiolibro porque las personas que están enfermas pierden la capacidad de leer y procesar información, pero no de escuchar, sobre todo si son mensajes alentadores de recuperación. Mi segundo libro relata varias historias de personas que enfermaron debido a su trabajo, con análisis psicológico y legal de cada caso.

-¿Cómo te sentís hoy día, recuperada de la depresión?

Para mí la depresión fue un gran maestro, me puso en contacto con mi alma y mis malas decisiones. Cuando me recuperé salí una persona diferente, gracias a la neuroplasticidad -capacidad del cerebro de regenerarse por medio de la conducta y la experiencia- mejoré algunas habilidades, y a la vez, mis intereses cambiaron. Siempre anhelé ser escritora, empecé sin tener idea e hice camino al andar. Cuando en verdad uno decide seguir un camino, las personas correctas aparecen, no me preguntes cómo, pero así es. Y luego de escribir mi primer libro, aunque tenía cierta autoridad desde el punto de vista empírico por haber sufrido y haberme recuperado de la depresión, quise saber más sobre salud mental y obtuve una cualificación en Estrés Organizacional. Ahora estoy en el nivel 3 de Psicoterapia, de los 4 requeridos en Inglaterra.

-¿De qué trata tu próximo libro, Llanuras del alma?

Sobre la vida de campo en los años 80 y 90 en Paraguay. Muy descriptivo y dulce, hablo de nuestras tradiciones y costumbres paraguayas. Lo escribí para entender sobre duelo migratorio, un problema mental y emocional muy profundo que experimentamos los emigrantes. Se demora años readaptarnos a otro lugar, algunos no lo consiguen.

-También trabajás con organizaciones importantes, policía y bomberos

Sí, mi trabajo ha tenido mucha repercusión, recibo cartas muy hermosas de personas que escucharon mi libro y les ha ayudado. Me causa inmensa satisfacción poder ayudar a otros. Abandoné administración y marketing pero utilizo plenamente lo que aprendí en esos terrenos, mis productos se venden online mayormente, tanto en lengua hispana como inglesa. En Paraguay la mejor opción es audiolibro y e-book, este año se agotaron en dos librerías capitalinas. Por otro lado, soy chaplain (capellán) para la policía y el servicio de rescate de Derbyshire.

-¿Qué hacés como chaplain?

Trabajo en 3 unidades policiales y 1 unidad del equipo de rescate y llamadas de emergencia. Estos sectores trabajan bajo mucha presión y riesgo, tienen un programa de salud mental para que como hombres logren lidiar con problemas emocionales y mentales antes de destrozar sus hogares, caer en alcoholismo y peor, llegar al suicido debido al estrés postraumático, un grave problema en estos sectores.

EL DOLOR, LA SANACIÓN Y VOLVER A VIVIR

Doraliz dice que se siente tan inglesa como paraguaya, “me llevó 7 años adaptarme, pero hoy soy muy feliz en Derbyshire, que tiene mucho campo y unas vistas gloriosas”. Viene cada dos años a Paraguay, a pesar de la diferencia abismal entre ambos países, cuando está aquí no juzga nada “estoy tan contenta que me concentro en recibir el cariño de mi familia y amigos. Canto, viajo, como milanesa, tallarín y empanadas en bares del interior; me siento como en un lugar exótico -asegura con humor-, porque Inglaterra no tiene mucha luz ni calor solar, y el afecto de las personas es diferente. Absorbo todo lo lindo”

La fortaleza y optimismo que hoy transmite Doraliz no surge de la nada, la vida le puso pruebas difíciles. Es mamá de Sophia (5), única hija. Anteriormente, en 2009, tuvo a Liam, quien solo vivió 11 días. “Murió en mis brazos cuando tomé la decisión de apagar el ventilador artificial. Eso me dejó acabada. Fue una consecuencia, un costo muy elevado, yo viajaba mucho en la época de aquel embarazo”. En el 2014 el sol volvió a salir y se llamó Sophia, pero el dolor se avecinaba como depresión posparto. “Mi marido me abrazaba, pero no sabía qué hacer. No había tratado la muerte de mi primer hijo y eso tuvo una alta incidencia en mi recaída. Me hospitalizaron, y lo cuento con honestidad y franqueza para quitarle el estigma a las hospitalizaciones psiquiátricas, soy un ejemplo de recuperación, soy útil a la sociedad nuevamente”.

Actualmente Doraliz vive de otra manera. “Me despierto a las 3 AM, me cepillo, hago meditación 10 minutos o le agradezco a Dios. Me pongo a escribir, reviso mis cuentas en las redes sociales, a veces grabo un podcast y respondo emails”. Un poco antes del amanecer y de su ducha diaria, prepara café, calienta el pan, contempla el día con tranquilidad. Luego lleva a Sophia a la escuela, y dependiendo del día acude a sus diferentes empleos. “Trabajo puramente con ingleses”, cuenta. Trabaja en el sector de servicio social con personas con problemas de Asperger y neuromotores como trabajadora de apoyo. Otros días se desempeña como asistente terapéutica con criminales juveniles en recuperación. “Como chaplain, recorro unidades policiales y el servicio de rescate que me corresponde, tengo reuniones a solas con personas (de todo rango) que desean hablar. No puedo dar sugerencias, ni consejos, sino limitarme a escucharles, a descargarse emocionalmente cuestiones personales y profesionales, dentro de una total confidencialidad con documento firmado de por medio”.

Para Doraliz la medicina hoy es natural: trabajos que le gustan y la hacen valorar y valorarse humanamente. “En casa mi marido cocina y yo limpio. Como hobby me gusta conducir por el espléndido campo de Derbyshire. También tengo un patio donde cultivo flores, ese es mi mayor entretenimiento. Recomiendo la jardinería, una gran terapia”

No descuida su salud física, va al gimnasio y también comparte momentos con amigos. No toma medicación alguna, duerme a las 8 de la noche “Es la vida que diseñé luego de recuperarme. Yo no necesito ir de vacaciones, vivo de vacaciones trabajando en lo que disfruto. Mis días no tienen rutina y estoy mucho a la intemperie para ver el día”.

-¿Sentís que perdiste años de tu vida con la enfermedad?

Sí. No hay manera de recuperar ese tiempo. En mi primera noche hospitalizada estaba en un shock tan fuerte por estar ahí, que solo quería morir, escapar de tanta aflicción. Eso es la depresión. La gente no quiere acabar con su vida, quiere apagar la angustia, el miedo abrumador, el mundo oscuro, la soledad, todo viene junto. Vencí todo eso para darle voz y cara a una enfermedad silenciosa, llena de tabúes que mata familias, buenos empleados. Y aún así la gente no quiere hablar, es la enfermedad número 1 del mundo. Trabajando juntos podemos disminuir las tasas de suicidio. La depresión no sobrevive en un ambiente de entendimiento, compasión y empatía.

-¿Pensás en el futuro?

Ni un poquito, ni lo planifico para no frustrarme. La vida es tan impredecible que yo solo escribo. El simple hecho de poder escribir y producirle una sonrisa a alguien es un deleite para mí. Cada día me despierto y digo: “Gracias, gracias, gracias por estar viva, por un nuevo día y una nueva oportunidad para hacer las cosas de la manera en que me gusta”. Pidan, y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá.

 

 

 

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