Propiedades nutricionales del amaranto
El amaranto destaca por ser una fuente completa de proteínas, ya que contiene los nueve aminoácidos esenciales, un atributo poco usual entre los granos.
Según la FAO, aporta entre 13 y 18 gramos de proteína por cada 100 gramos de producto, supera a la quinua e incluso a algunos cereales tradicionales.
Además, tiene un alto contenido de fibra, que favorece la digestión; hierro, que ayuda a prevenir la anemia; calcio y magnesio, cruciales para la salud ósea; y vitaminas del complejo B. Su bajo índice glucémico lo convierte en un alimento adecuado para diabéticos y para quienes buscan controlar su peso.
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Destaca también por su riqueza en antioxidantes y fitonutrientes, lo que contribuye a la reducción de los niveles de colesterol y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Cómo cocinar el amaranto sin que quede pastoso
Uno de los principales retos al preparar amaranto es evitar que su textura se vuelva demasiado pegajosa o “mazacotuda”. Seguí estos consejos para obtener un resultado suelto y apetitoso:
1. Lavalo bien: colocá el amaranto en un colador de malla fina y enjuagalo bajo agua corriente. Esto ayuda a eliminar impurezas y parte del almidón.
2. Proporción de agua: usá la cantidad adecuada de líquido. Por cada taza de amaranto, agrega entre 2 y 2½ tazas de agua (o caldo). Un exceso de agua puede hacer que quede pastoso.
3. Cocción a fuego bajo: llevá el líquido a ebullición, añadí el amaranto, y bajá el fuego al mínimo. Cociná tapado entre 15 y 20 minutos, removiendo solo una o dos veces durante la cocción para evitar que se deshaga.
4. Drenado adicional: si notás que todavía hay líquido después del tiempo de cocción, escurrí el exceso con el colador.
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5. Deja reposar: tras la cocción, dejalo reposar tapado unos minutos y separá los granos con un tenedor, igual que con el arroz.
Ideas para disfrutar el amaranto
El amaranto cocido puede emplearse en ensaladas, guisos, sopas o como acompañante de carnes y verduras. También puede utilizarse inflado en desayunos, barras energéticas y postres. Sus hojas jóvenes pueden cocinarse similares a la espinaca.

El amaranto es un alimento altamente nutritivo que merece un lugar en la dieta diaria. Con pequeños cuidados durante su cocción, se convierte en una opción deliciosa y versátil, capaz de enriquecer cualquier comida sin perder sus beneficios y manteniendo una textura agradable.