Para responder a la pregunta se cruzaron criterios gastronómicos —sabor y sazón, textura de la masa, calidad del relleno— con variables de consumo —precio y accesibilidad, presentación y practicidad— y un componente clave: el contexto cultural y emocional que sostiene a cada estilo de empanada, una preparación que a los sudamericanos nos encanta.
La evaluación toma como referencia reseñas de guías y listados gastronómicos, crónicas de viaje, competencias locales y la presencia en menús y delivery. Estilos que suelen figurar en rankings y debates públicos, como los relevados por guías populares tipo TasteAtlas y prensa especializada, fueron priorizados por su representatividad. Pero veamos ítem por ítem.
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Sabor y sazón

- Empanada salteña boliviana: sabrosa por su caldo gelificado con dulzor y picante equilibrados, especias destacadas y sabor intenso en pocos bocados. Es famosa por la complejidad de su perfil.
- Empanada de pino chilena: carne, cebolla, comino y ají de color dan profundidad; aceitunas y huevo aportan matices adicionales.
- Empanada tucumana/argentina al horno: carne cortada a cuchillo, pimentón, comino y un toque de ají; sabor sabroso y menos dulce que privilegia el equilibrio, jugosidad y calidad de la carne.

- Empanadas colombianas/venezolanas (fritas, masa de maíz): rellenos bien condimentados, con notas de ají y sofritos; la masa de maíz suma carácter y un punto tostado.
- Empanada paraguaya tradicional: de pollo, carne de res, cebolla y huevo, con sazón de comino, ajo y perejil. Sabor profundo, jugoso y especiado, generalmente frita.
- Empanada de mandioca paraguaya: la masa, a base de almidón de mandioca, aporta un gusto ligeramente dulce y al mismo tiempo terroso; suele rellenarse con carne picada, queso o combinaciones sencillas, generando una experiencia diferente por su sabor y textura propios.
Textura de la masa
- Horno de trigo (Argentina, Chile, Uruguay, Perú): bordes marcados, hojaldrados o tiernos según la cantidad y tipo de grasa; buena estructura para sostener rellenos jugosos.
- Fritas de maíz (Colombia, Venezuela): crocancia inigualable recién hechas; la textura se pierde si no se comen rápido.

- Salteña boliviana: masa firme para retener jugos, cocida con precisión; exterior consistente, interior suave.
- Empanada paraguaya tradicional: masa ligeramente crujiente por fuera y suave por dentro, con una fritura que intensifica los aromas del trigo.
- Empanada de mandioca paraguaya: textura única, entre elástica y quebradiza, suave gracias al almidón de mandioca, distinta a cualquier empanada de trigo o maíz.
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El relleno
- Complejidad: la salteña es referente, con relleno gelificado, capas de sabor dulce, salado y picante.
- Sazón robusta: el pino chileno combina proteínas, grasas y condimentos de forma abundante.
- Equilibrio y jugosidad: la tucumana prioriza carne de calidad, muy jugosa pero controlada, todos los ingredientes en armonía.

- Diversidad: Colombia y Venezuela destacan por la variedad de rellenos y buenas combinaciones con salsas.
- Tradición y versatilidad: la paraguaya, ya sea de trigo o mandioca, rescata la cocina criolla, desde rellenos de carne, huevo y cebolla hasta preparaciones con queso o pollo. La de mandioca resalta en sabor y sencillez, adaptándose perfectamente a ingredientes locales.
Precio y accesibilidad
- Presencia diaria: Argentina, Chile y Uruguay presentan abundancia en panaderías y delivery, con buena variedad de precios.
- Economía popular: en Colombia, Venezuela y Paraguay, la empanada es habitual en el comercio callejero. Las versiones fritas de maíz y las de mandioca o trigo en Paraguay son económicas y accesibles.
- Especialidad de nicho: la salteña, fuera de Bolivia, y la empanada de mandioca paraguaya, fuera de Paraguay, pueden ser algo más costosas y difíciles de conseguir.
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Presentación y practicidad
- Para llevar: las empanadas al horno de trigo, como la tucumana, mendocina o de pino, y la tradicional paraguaya son ideales para comer en movimiento, conservando su integridad.
- Atención al jugo: la salteña boliviana exige destreza para evitar el derrame de su caldo.

- Consumo inmediato: las de maíz (Colombia/Venezuela) y mandioca (Paraguay) brillan cuando están recién fritas; su textura decae con el tiempo, lo que condiciona la practicidad si no se consumen enseguida.
Contexto cultural y emocional
La empanada es símbolo de identidad regional y memoria culinaria.
En Chile, la de pino es emblema patrio en las fiestas. En Bolivia, la salteña remite a rituales familiares. En Argentina, la discusión sobre la “mejor” empanada es parte de la idiosincrasia local.

Por su parte, en Colombia y Venezuela, la empanada de maíz es desayuno diario, siempre acompañada de salsas caseras.
En Paraguay, la empanada forma parte de la cocina cotidiana, apreciada en encuentros familiares, ferias y celebraciones, reforzando el apego nacional al ingrediente local.
Finalistas, con fortalezas distintivas

- Salteña boliviana: destaca por la complejidad de sabor y técnica del relleno jugoso.
- Empanada de pino chilena: sobresale por potencia y énfasis tradicional.
- Empanada tucumana (al horno, carne cortada a cuchillo): mejor equilibrio entre sabor, jugosidad, textura y practicidad.
- Empanada frita de maíz (Colombia/Venezuela): mejor crocante y versatilidad en el consumo popular.
- Empanada paraguaya tradicional: gran balance entre jugosidad, sabor local y crocancia.
- Empanada de mandioca paraguaya: máxima originalidad en textura y sabor, resultado de la identidad guaraní y la creatividad paraguaya.
Veredicto
La empanada tucumana al horno mantiene su lugar como “mejor integral” por su equilibrio y practicidad, pero la inclusión de las empanadas paraguayas enriquece el panorama: la tradicional de trigo destaca en sabor y arraigo, mientras que la de mandioca es insuperable en identidad y originalidad, aportando una experiencia de textura y sabor única en Sudamérica.
La salteña boliviana sigue siendo “mejor en complejidad de sabor”, la de pino chilena “mejor en tradición”, y las de maíz y mandioca, las “mejores en crocancia y expresión de los ingredientes locales”.
Así, cada empanada reina en su propio terreno, reafirmando la riqueza de las variantes nacionales y el fuerte vínculo emocional de cada una con su pueblo. ¡No podemos elegir una sola! Lo ideal es que sigas nuestras recetas y te deleites en casa con cada una de estas opciones deliciosas para elegir vos mismo cuál es, a tu criterio, la mejor empanada de Sudamérica.