Expertos desmienten 10 creencias populares sobre alimentación saludable

En un mundo donde los mitos alimentarios prosperan gracias a la desinformación digital, expertos revelan la urgente necesidad de discernir entre la verdad y la ficción sobre nuestra dieta y salud.

Concepto de plato saludable.
Concepto de plato saludable.Shutterstock

En la actualidad, la información sobre alimentación se difunde de manera acelerada, especialmente a través de redes sociales, donde en solo minutos se pueden viralizar mitos y afirmaciones falsas.

A pesar de que muchas personas creen saber en qué consiste una dieta saludable, gran parte de ese conocimiento proviene de ideas erróneas que la ciencia ha desmentido hace décadas.

Nutricionistas como Mónica Katz, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición, y María Jacqueline González, gastroenteróloga especializada en microbiota y probióticos, advierten sobre la necesidad de identificar y desterrar los mitos más populares en torno a la comida, informa Clarín.

El impacto de la desinformación en la salud

Con la facilidad y rapidez para difundir información a través de plataformas digitales, los mitos alimentarios encuentran un terreno fértil para perpetuarse.

Muchos de ellos provienen de estudios antiguos o interpretaciones sesgadas que la ciencia actual ya ha superado.

Verificar las fuentes y acudir a profesionales es clave para tomar decisiones informadas sobre la alimentación.

Los diez mitos más comunes sobre la comida sana

1. El jugo de naranja es la mejor opción para el desayuno. Se considera que el jugo de naranja aporta grandes beneficios, pero la especialista Mónica Katz advierte que su consumo, especialmente sin pulpa, equivale al de una bebida azucarada común.

Estudios recientes señalan que el jugo puede generar picos de glucosa y elevar el riesgo de diabetes tipo 2.

Lo más recomendable es consumir la naranja entera, aprovechando su fibra y antioxidantes.

2. Es necesario activar las semillas para aprovechar sus nutrientes. La costumbre de remojar semillas antes de consumirlas no es imprescindible. González explica que triturarlas justo antes de consumirlas permite liberar grasas saludables y omega-3.

Remojarlas ayuda a liberar mucílagos, que facilitan la digestión, pero molerlas también es eficaz y, en algunos casos, suficiente.

3. Solo hay que dejar de usar el salero para reducir la sal en la dieta.Reducir el consumo de sal no implica únicamente dejar de usar el salero. El 70% de la sal diaria proviene de alimentos procesados e industrializados, como panificados y embutidos.

Prestar atención al sodio en estos productos es fundamental para disminuir el riesgo de hipertensión.

4. Las dietas veganas no aportan suficientes proteínas. Es un mito que la alimentación basada en plantas sea deficiente en proteínas. Expertos como Katz señalan que combinando cereales y legumbres se obtienen todos los aminoácidos esenciales.

Investigaciones recientes concluyen que no hay evidencia de que a los veganos y vegetarianos les falten aminoácidos si su dieta es variada y planificada.

5. Los superalimentos garantizan una buena salud. Especialistas coinciden en que no existen alimentos milagrosos. El término “superalimento” es parte de una estrategia de marketing iniciada en el siglo XX.

Lo importante es consumir una variedad de alimentos de cada grupo nutricional, ya que ningún alimento por sí solo cubre todas las necesidades del cuerpo humano.

6. Los alimentos congelados pierden nutrientes. Contrario a la creencia popular, los alimentos congelados mantienen sus nutrientes. Katz explica que lo que realmente afecta el contenido nutricional es la cocción excesiva, no el proceso de congelado.

7. Los transgénicos son dañinos. La modificación genética de cultivos, conocida como transgénesis, no implica un peligro para la salud humana, según la evidencia científica actual.

El objetivo de estas técnicas es mejorar la resistencia, el rendimiento o el valor nutricional de los cultivos, siendo la transparencia el único requisito para los consumidores.

8. Todas las grasas engordan. No todas las grasas son iguales ni todas contribuyen al aumento de peso. González señala que existen grasas saludables, como las presentes en aceites vegetales, aguacate, pescados y frutos secos, que son necesarias y beneficiosas.

Sin embargo, las grasas saturadas y trans sí pueden afectar negativamente la salud si se consumen en exceso.

9. El azúcar mascabo o negra es más saludable que la blanca. Todos los tipos de azúcar, incluyendo el mascabo y la miel, tienen el mismo contenido calórico.

La única diferencia entre ellos es el grado de refinamiento y la presencia de pequeñas cantidades de micronutrientes, insuficientes para suponer una ventaja significativa.

10. El huevo aumenta el colesterol. Estudios recientes han desacreditado la creencia de que el huevo eleva el colesterol en sangre de manera directa y peligrosa.

El colesterol plasmático depende en gran parte de factores genéticos y solo en menor medida de la dieta. Además, el huevo es una fuente económica y versátil de proteínas de alta calidad.

Veracidad y fuentes confiables como claves de una alimentación saludable

La proliferación de mitos sobre nutrición pone en evidencia la importancia de recurrir a la ciencia y a expertos calificados en vez de dejarse llevar por información viral o tendencias momentáneas.

Consultar a profesionales y ampliar el conocimiento son pasos fundamentales para lograr una alimentación saludable y sostenible.

Fuente: Clarín.

Enlace copiado