Día Internacional del Café: beneficios, retos y las diez bebidas que dominan las cafeterías

Cada 1 de octubre, el Día Internacional del Café celebra la dedicación de millones de productores de todo el mundo, resaltando el impacto cultural y económico que este grano, símbolo de conexión y creatividad, genera en nuestras vidas y comunidades.

Taza de café.
Taza de café.Shutterstock

Cada 1 de octubre, el mundo celebra el Día Internacional del Café, una fecha promovida por la Organización Internacional del Café (ICO) para reconocer el trabajo de millones de productores, destacar la diversidad de orígenes y métodos, y poner en valor el impacto social y económico de este grano que mueve conversaciones, ciudades y cadenas de suministro enteras.

Más allá de su aroma inconfundible, el café es un fenómeno cultural y un motor de empleos, con una cadena que se extiende desde pequeños campos en América Latina, África y Asia hasta cafeterías urbanas en todos los continentes.

Granos de café, imagen ilustrativa.
Granos de café, imagen ilustrativa.

La jornada también sirve para recordar los retos del sector: la volatilidad de precios, el cambio climático y la necesidad de prácticas sostenibles que garanticen futuro a los caficultores.

¿Qué beneficios tiene consumir café?

La ciencia ha ido matizando y, en muchos casos, reivindicando al café. Consumido con moderación, su ingesta se asocia a varios efectos positivos:

  • Rendimiento y concentración: la cafeína es un estimulante del sistema nervioso central que puede mejorar la atención, el tiempo de reacción y la sensación de alerta, especialmente en momentos de fatiga.
  • Antioxidantes: el café es una fuente relevante de compuestos fenólicos con capacidad antioxidante, que ayudan a combatir el estrés oxidativo.
  • Metabolismo y actividad física: estudios han vinculado la cafeína con una ligera mejora del rendimiento en deportes de resistencia y con un aumento transitorio del gasto energético.
  • Riesgos a largo plazo: meta‑análisis observacionales han encontrado asociaciones entre un consumo habitual moderado (en torno a 3–4 tazas diarias, dependiendo de la preparación) y menores riesgos relativos de enfermedades como la diabetes tipo 2, Parkinson, ciertas patologías hepáticas e, incluso, enfermedad cardiovascular en algunas poblaciones.

Como toda bebida con efectos fisiológicos, el contexto importa. Personas sensibles a la cafeína, con trastornos del sueño, hipertensión no controlada o durante el embarazo deberían vigilar las cantidades; las guías sanitarias suelen recomendar no exceder los 200 miligramos de cafeína al día en el embarazo y moderar el consumo en la tarde para no interferir con el descanso.

Taza de café.
Taza de café.

También influye la forma de preparación: los cafés filtrados retienen más diterpenos que las preparaciones sin filtro, lo que puede afectar el perfil lipídico en consumos muy elevados.

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La carta de una cafetería dice mucho de su clientela y de su época.

Café.
Café.

Entre clásicos italianos, herencias españolas y nuevas tendencias de la “tercera ola”, estos son diez estilos que dominan las barras alrededor del mundo:

  1. Espresso. La base de la mayoría de bebidas en cafeterías. Se prepara forzando agua caliente a presión a través de café finamente molido. Cuerpo intenso, crema en la superficie y una extracción de 25–30 segundos.
  2. Americano. Un espresso alargado con agua caliente. Mantiene el carácter del espresso, pero con una intensidad más amable y una taza similar en volumen a la del café filtrado.
  3. Cappuccino. Equilibrio en tres tercios: espresso, leche caliente y espuma de leche. Su textura cremosa y su tamaño contenido lo vuelven un favorito matinal.
  4. Latte. Más leche y menos espuma que el cappuccino. Suave, voluminoso y apto para latte art; en versión fría, el iced latte gana terreno en climas cálidos.
  5. Flat white. Originario de Australia y Nueva Zelanda, combina uno o dos espressos con microespuma sedosa en un formato más pequeño que el latte, lo que intensifica el café.
  6. Macchiato Espresso. “Manchado” con una pequeña cantidad de espuma o leche. Ideal para quienes buscan el golpe del espresso con un toque lácteo.
  7. Mocha (moca). Latte con chocolate (sirope o cacao) y, a veces, crema batida. Une el amargor del café con notas dulces y cacaoteras.
  8. Cortado. Muy popular en España y América Latina: espresso “cortado” con una proporción similar de leche caliente, con poca o nula espuma. Perfil directo y equilibrado.
  9. Cold brew. Café extraído en frío durante varias horas. Menor acidez percibida, cuerpo redondo y versatilidad para servirse solo, con hielo o con leche.
  10. Café filtrado (pour-over). Vuelve con fuerza en la era del café de especialidad: método por goteo manual (V60, Chemex, Kalita) que resalta claridad y notas de origen.

Mientras la cultura del café sigue evolucionando —del origen único a las fermentaciones experimentales, de las bebidas de temporada a las alternativas vegetales—, el Día Internacional del Café invita a mirar más allá de la taza: a reconocer a quienes la hacen posible y a disfrutar con conocimiento de causa cada sorbo.

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