El príncipe Federico de Luxemburgo falleció a los 22 años en París (Francia) tras luchar varios años contra el síndrome de Alpers, una enfermedad metabólica rara que le diagnosticaron a los 14 años.
El síndrome de Alpers es un mal de origen congénito y provoca que órganos esenciales como el cerebro, los músculos o el hígado carezcan de energía.
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El joven príncipe Federico creó la Fundación POLG para apoyar la investigación en enfermedades del metabolismo energético y fue a través de dicha fundación que la familia compartió la triste noticia del fallecimiento del aristócrata.
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“El pasado viernes 28 de febrero, en el Día de las Enfermedades Raras, nuestro amado hijo nos llamó a su habitación para hablar con nosotros por última vez. Federico encontró la fuerza y el coraje para despedirse de cada uno de nosotros”, indicó la familia del príncipe de Luxemburgo en un comunicado.

Las últimas palabras del príncipe Federico de Luxemburgo fueron para preguntarle a su padre si estaba orgulloso de él. “Apenas había podido hablar durante varios días, por lo que la claridad de estas palabras fue tan sorprendente como el peso del momento fue profundo. La respuesta fue muy fácil, y él la había escuchado tantas veces, pero en ese instante, necesitaba la seguridad de que había aportado todo lo que pudo en su corta y hermosa existencia y que, finalmente, podía partir en paz”, expresó su padre, el príncipe Roberto de Luxemburgo.
El hijo del príncipe Roberto de Luxemburgo y Julie Ongaro era el menor de tres hermanos y nació el 18 de marzo de 2002.