Los dos científicos, ambos de 53 años, recibieron el prestigioso galardón por haber desarrollado en 2000 la catálisis asimétrica (o organocatálisis) , un nuevo tipo de catalizadores revolucionario que ha avanzado “a una velocidad prodigiosa” desde entonces, explicó el jurado del Nobel.
Los catalizadores —sustancias que controlan y aceleran las reacciones químicas, pero que no forman parte del producto final— son mecanismos fundamentales para los químicos.
Pero durante mucho tiempo, los científicos pensaban que sólo había dos tipos de catalizadores disponibles: los metales y las enzimas.
De manera independiente el uno del otro, List y MacMillan pusieron en marcha un tercer tipo, utilizando “pequeñas moléculas orgánicas” como la prolina, y siguen siendo punteros en este ámbito, precisó el jurado.
Al contrario de los metales y las enzimas, la prolina es el mecanismo “soñado” por los químicos: es una molécula muy simple, barata y que respeta el medioambiente.
“Esto cambia la situación porque aporta una nueva herramienta” , se congratuló Peter Somfai, miembro de la Academia de las Ciencias. “En el ajedrez, sería como introducir una nueva pieza en el tablero con nuevas reglas del juego” .
Gracias a la organocatálisis, los investigadores en farmacia pueden fabricar grandes cantidades de diferentes moléculas de forma relativamente simple, creándolas por ejemplo de forma artificial.
“Es una inmensa sorpresa” , reaccionó el laureado alemán, contactado por teléfono por la fundación Nobel.
“Pensé que alguien me estaba haciendo una broma. Estaba desayunando con mi mujer. Normalmente, me dice ‘mira tu teléfono por si alguien te llama de Suecia’ pero hoy no hizo la broma” , explicó el investigador del Instituto Max-Planck, con sede en la región del Ruhr.
“Muy especial”
“Y cuando Suecia apareció efectivamente en el teléfono (...) es un momento muy especial que nunca olvidaré” , dijo List.
Por su parte, MacMillan, nacido en Escocia y profesor en la universidad de Princeton en Estados Unidos, también pensó que era el objetivo de una broma, y afirmó que se había vuelto a dormir cuando comenzó a recibir textos de Suecia.
“Estoy conmocionado, aturdido y encantado” , dijo MacMillan. “La organocatálisis fue una idea bastante simple que realmente dio lugar a muchas investigaciones diferentes” , agregó.
“La parte de la que estamos muy orgullosos es que no hace falta tener grandes cantidades de equipo y grandes cantidades de dinero para hacer cosas buenas en química” , destacó.
La secuenciación de nueva generación de ADN, los nanocristales, la “química clic” (que conecta dos moléculas entre sí imitando el proceso natural) , el llamado “marco metálico-orgánico” o los pioneros de las vacunas ARN mensajero contra el covid-19 sonaban este año entre los posibles ganadores.
El año pasado, este galardón fue otorgado a la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna, dos geneticistas que investigaron sobre las “tijeras moleculares” , un avance “revolucionario” para modificar los genes humanos.
Ninguna mujer fue galardonada en ciencias este año, un caso frecuente incluso en la historia reciente del Nobel (2019, 2018, y 2016 entre otros)
Según el organismo especializado Clarivate, que mantiene una lista actualizada de candidatos científicos al premio, más de 70 investigadores podían aspirar al laurel de química este año
Medicina inició el lunes la temporada de los Nobel 2021 al premiar a dos estadounidenses, David Julius y Ardem Patapoutian, cuyos trabajos abrieron el camino al combate de los dolores crónicos.
El galardón de Física fue para dos expertos en la modelización física del cambio climático, el japonés-estadounidense Syukuro Manabe y el alemán Klaus Hasselmann, así como al teórico italiano Giorgio Parisi, experto en el desorden en los sistemas complejos.
El premio de Literatura será anunciado el jueves por la Academia Sueca y el de la Paz se dará a conocer el viernes en Oslo. El de Economía, el de más reciente creación, se otorgará el lunes.
A causa de la crisis sanitaria, por segundo año consecutivo los laureados recibirán el premio en su país de residencia, aunque todavía hay esperanza de que el galardonado con el de la Paz pueda recogerlo en Oslo.