Durante una sesión del comité del Parlamento Europeo encargado de los derechos de las mujeres y la igualdad de género, Schmitt destacó que, antes de la guerra, la ucraniana ya era una de las cinco nacionalidades con más personas afectadas por la trata en Europa, algo que, según dijo, puede ir en aumento tras el conflicto iniciado por Rusia el 24 de febrero pasado.
"Cabe esperar que las mafias traten de encontrar nuevas víctimas para la explotación sexual o laboral, o para convertirlas en mendigas que pidan limosna en la calle", lamentó.
Schmitt recordó que la mayoría de los cerca de cinco millones de refugiados ucranianos que han llegado a la UE son mujeres y niñas, los dos colectivos más buscados en el comercio de personas.
Según sus datos, el 75 % de las víctimas de trata en todo el mundo son mujeres y, al mismo tiempo, ellas también suponen el 92 % de del conjunto de personas que sufren explotación sexual.
Por esta razón, Schmitt advirtió de la presencia de traficantes en algunos de los puntos más concurridos de mujeres refugiadas una vez llegan en territorio de la UE, como son, por ejemplo, las estaciones de tren, y pidió extremar las precauciones en estos sitios cuando haya gente que se ofrezca a proporcionarles ayuda.
"La mayor parte de los que quieren ayudar tienen unas intenciones excelentes, pero no todos. Por eso alentamos a los Estados miembros a que tengan un registro tanto de personas como de entidades que tienen previsto proporcionar alojamiento y transporte", reclamó.
Schmitt aplaudió las campañas de concienciación sobre el terreno que están haciendo los Estados miembros y las entidades humanitarias, con el reparto de, por ejemplo, folletos informativos, aunque remarcó que la trata de personas cada vez más se lleva a cabo a través de Internet y las redes sociales.
"Hay que vigilar lo que ocurre en línea. Debemos mantener un diálogo con las empresas tecnológicas para reducir la captación de mujeres a través de Internet. Las compañías pueden contribuir con campañas de información y con la eliminación de los contenidos ilegales", apuntó la coordinadora europea contra la trata.
Con todo, Schmitt, que ocupa un cargo recientemente creado por la Comisión Europea, defendió la necesidad de "reducir la vulnerabilidad de las refugiadas" y, en este sentido, elogió la decisión de Bruselas de otorgarles, desde el inicio del conflicto, un estatus de protección temporal para blindar su acogida.
“Si les proporcionamos acceso al mercado laboral, a la educación y a la atención sanitaria, se reduce el riesgo de acabar en manos de delincuentes”, sentenció la dirigente comunitaria.