La Fiscalía había pedido 7 años y 6 meses de cárcel para Fincanci, una destacada médica forense de 64 años e investigadora internacional de casos de tortura, en una acusación que incluía los cargos de “insultar a la nación turca, a la República de Turquía y a los órganos e instituciones del Estado”.
Medios cercanos a la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) difundieron a mediados del pasado octubre vídeos que supuestamente mostraban a guerrilleros afectados por un gas tóxico usado durante una operación del Ejército turco.
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Fincanci dio poco después una entrevista a un portal de noticias cercano al PKK, y prohibido en Turquía, en la que evaluó la posibilidad de que las Fuerzas Armadas turcas hubieran usado “algún tipo de gas tóxico” contra el PKK.
“Aparentemente, se han utilizado gases tóxicos que afectan directamente al sistema nervioso”, señaló en aquella charla, durante la que pidió una investigación exhaustiva.
Jefa de médicos turcos se defiende
Durante su defensa, Fincanci se refirió a los insuficientes conocimientos médicos del fiscal que preparó la acusación contra ella.
“Lo que hice después de ver los vídeos es un diagnóstico precoz. Hay que llevar a cabo una investigación independiente para llegar a un diagnóstico. Así lo establecen las guías internacionales”, culminó.