Impulsados por la organización defensora de derechos humanos Aministía Internacional (AI), los actos buscan que se agilicen las investigaciones sobre el crimen de Marielle Franco, del que aún no se ha establecido quién fue el autor intelectual tras cinco años de ocurrido.
En Río de Janeiro, ciudad natal de la activista, tuvo lugar el acto principal, con decenas de personas que clamaron “justicia por Marielle”, al frente del Museo del Mañana, en el centro de la ciudad y a pocas calles de donde Franco fue asesinada a tiros el 14 de marzo de 2018, junto con Anderson Gómes, quien conducía el vehículo en el que se movilizaban.
Un panel con la frase “2000 días Sin Justicia”, en el que también figuraban los rostros de las dos víctimas, encabezó el acto que los asistentes acompañaron con velas de luces led. Madres de víctimas de la violencia que narraron sus casos y que también exigieron justicia para los suyos acompañaron a los familiares de la activista y quien fuera su conductor, presentes en el acto.
La acción tuvo como objetivo exigir “rapidez, imparcialidad y transparencia” en las investigaciones por el asesinato de Marielle Franco, que tras dos mil días de sucedido continúa sin esclarecerse.
Las indagaciones señalan que hay una “fuerte vinculación” de los hechos con grupos parapoliciales que controlan y se disputan territorios de la capital fluminense por el control del narcotráfico y de otras actividades ilícitas, pero tras cinco años del fatídico hecho y tres sospechosos detenidos -el último apenas dos meses atrás-, el crimen aún está rodeado de incógnitas en relación con su autor intelectual.
Lea más: El caso de Marielle Franco es retrato de la impunidad en Brasil, dice AI
En este sentido, AI pidió al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva implementar “un mecanismo internacional e independiente de expertos” que ayude a dilucidar el caso y saber “quién ordenó matar a Marielle”.
“Sabemos que el arma que mató a Marielle Franco vino del arsenal del Estado de Río de Janeiro. Ya sabemos que los ejecutores de asesinato fueron dos policías y un bombero (...). Ya sabemos que la mano del Estado brasileño está por detrás de ese brutal asesinato y por eso reivindicamos que se haga justicia”, dijo Jurema Werneck, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil, en su discurso.