El exmariscal y ex jefe de la Inteligencia Militar se postula en estos nuevos comicios como el único garante de la seguridad y la supervivencia de Egipto, país que lleva gobernando durante una década tras el golpe de Estado perpetrado en 2013 contra el gobierno islamista de los Hermanos Musulmanes.
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Al Sisi ganó las elecciones de 2014 con un 97 % de los votos, victoria que revalidó cuatro años después en unos comicios duramente criticados por la oposición y organizaciones de derechos humanos.
Elecciones presidenciales de Egipto con reforma de la Constitución
En 2017, Al Sisi aseguró que solo presidiría Egipto durante dos mandatos de cuatro años en cumplimiento con la Constitución, por lo que su estancia en el poder debía acabar en 2022.
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Sin embargo, en 2019 impulsó una polémica reforma exprés de la Carta Magna para extender los mandatos de cuatro a seis años y poder optar a una tercera reelección para seguir en el poder hasta 2030.
Además, la extensión de los años de incumbencia de Al Sisi se aplicó con efecto retroactivo a su mandato actual.
Aprobada por el Parlamento egipcio, esta reforma fue ratificada en un controvertido referéndum en el que el ‘sí’ se impuso con un 88,8 % de los votos, aunque con una participación del 44,3 % del censo.
Elecciones presidenciales de Egipto tras una década de represión
Organizaciones como Human Rights Watch estiman que desde que Al Sisi llegó al poder alrededor de 60.000 personas han sido detenidas por motivos políticos en Egipto, mientras que Amnistía Internacional denuncia que la represión contra la disidencia ha aumentado en la última década.
Apenas existe oposición política en Egipto, donde muchos disidentes han sido encarcelados y otros se han visto obligados a exiliarse, mientras que los que permanecen en el país adoptan un perfil bajo.
De los opositores sólo cobró algo de relevancia el exdiputado Ahmed Tantawy, quien se retiró de la contienda electoral tras denunciar que fue sometido a una campaña de espionaje y que se le impidió recolectar los avales ciudadanos necesarios para concurrir a los comicios.
Ahora se enfrenta a un juicio por organizar un proceso de recolección de apoyos populares paralelo al oficial.
Cierta apertura
A mediados de 2022, Al Sisi impulsó el llamado ‘Diálogo Nacional’, una plataforma para reunir a todos los movimientos políticos de Egipto -a excepción de los Hermanos Musulmanes, considerados terroristas- y establecer una hoja de ruta para solventar los problemas del país, especialmente la severa crisis económica marcada por una acuciante inflación.
También reactivó el Comité de Indultos Presidenciales para excarcelar a personas que permanecían en prisión preventiva por motivos de opinión, aunque organizaciones de derechos humanos denuncian que muchas más personas han sido encarceladas por estos mismos motivos durante el mismo periodo.
Sin oposición real
Tres candidatos se enfrentarán a Al Sisi en estos comicios: Farid Zahran, jefe del Partido Socialdemócrata Egipcio (PSE); Abdel Sanad Yamama, jefe del Partido Wafd, y Hazem Omar, del Partido Popular Republicano (RPP).
Esta es la primera vez que cuatro candidatos concurren en unas elecciones durante el mandato del actual presidente, ya que las dos últimas citas electorales contaron con un solo contrincante para Al Sisi, que nunca ha tenido que defender su candidatura en una segunda vuelta al arrasar en 2014 y 2018 con el 97 % de los votos.
El actual presidente celebró la presencia de “tantos candidatos” en los comicios, mientras que la Autoridad Nacional Electoral egipcia prometió equidistancia entre los diferentes aspirantes y ha asegurado que no ha recibido ninguna queja durante la campaña electoral, que ha quedado eclipsada por la guerra en la Franja de Gaza.