El incidente ocurrió el martes en Chiayi, cuando Lai se acababa de hacer un selfi con una mujer que aprovechó la proximidad del político para estamparle un beso en la mejilla, recoge hoy el medio Taiwan News.
Aunque la mujer fue apartada del candidato rápidamente por los guardaespaldas de Lai y él no pareció otorgarle mayor importancia al suceso, lo ocurrido despertó dudas sobre la adecuada protección de los candidatos a la Presidencia de Taiwán, ante lo cual el organismo encargado aseguró que reforzará la seguridad, en especial en los actos con mucho público.
La citada agencia, establecida en octubre del año pasado, también pidió a la población que se abstenga de mostrar un “comportamiento excesivamente entusiasta” cerca de los políticos que se disputarán en diez días la presidencia y vicepresidencia del territorio autogobernado.
Taiwán intensificó el entrenamiento de los equipos a cargo de la seguridad de las figuras políticas de la isla después de que en 2022 el exprimer ministro japonés Shinzo Abe fuera asesinado durante una aparición pública.
La campaña electoral taiwanesa
La campaña electoral taiwanesa entra ahora en sus dos semanas finales, que se prevén intensas ante unos comicios a los que están llamados más de 19 millones de votantes y que marcarán el futuro de las relaciones entre Taipéi y Pekín, que reclama la soberanía sobre la isla.
Lai, candidato del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) -al que China tacha de “independentista”-, lidera desde el primer momento las encuestas de intención de voto, seguido por Hou Yu-ih, del Kuomingtang (KMT), y de Ko Wen-je, por el Partido Popular de Taiwán (PPT).
Estos dos últimos partidos de la oposición trataron inicialmente de concurrir a las elecciones como coalición, aunque finalmente no lograron llegar a un acuerdo sobre quién debía encabezar la candidatura, por lo que se presentarán por separado.
El mandato actual del PDP, bajo la batuta de la actual presidenta, Tsai Ing-wen, quien no puede presentarse a un tercer periodo, ha estado marcado por el recrudecimiento de las tensiones con China.
Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya “reunificación” no ha descartado el uso de la fuerza.