Esta es la conclusión a la que llega la agencia de Naciones Unidas en su informe anual sobre economía digital publicado este miércoles, en el que constata que, a pesar de este crecimiento desigual, hay “potencial” para fomentar una digitalización equitativa en todos los países.
“Debemos aprovechar el poder de la digitalización para avanzar en un desarrollo inclusivo y sostenible, mientras mitigamos sus impactos ambientales negativos”, afirmó al presentar el informe la secretaria general de la UNCTAD, la costarricense Rebeca Grynspan.
El modelo que se plantea desde UNCTAD requeriría un cambio hacia una economía digital circular, caracterizada por un consumo y producción responsables, el uso de las energías renovables y una gestión integral de los residuos electrónicos generados por la digitalización.
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Para lograr este cambio, pide abordar los problemas ambientales derivados de la transformación digital, entre los que destaca, por ejemplo, el agotamiento de las materias primas limitadas para desarrollar tecnologías digitales.
En este sentido, los principales depósitos globales de estas materias primas se concentran en unos pocos países, siendo la mayoría de ellos naciones en desarrollo del continente africano, que alberga reservas mundiales significativas de cobalto (55 %), manganeso (47,65 %) o grafito natural (21,6 %), entre otros minerales.
Los países en desarrollo y una mayor participación digital global
La demanda de estos minerales necesarios para la transformación digital podría aumentar en un 500 % para el año 2050, un crecimiento que desde la UNCTAD ven como una “oportunidad” para que los países que albergan estos depósitos puedan “agregar valor a los minerales extraídos, utilizar los ingresos de manera efectiva y diversificarse dentro de la cadena de valor”.
“Esto les ayudaría a asegurar una mayor participación en la economía digital global, generar ingresos fiscales, financiar el desarrollo, superar la dependencia de las materias primas, crear empleos y mejorar los niveles de vida”, añadió la agencia de la ONU en un comunicado.
Como ejemplo de éxito, la UNCTAD destacó el caso de Latinoamérica, donde la creciente demanda global de productos básicos y minerales críticos ya está impulsando la inversión extranjera directa, representando el 23 % de los proyectos de inversiones “greenfield” (primera entrada de una empresa en un país extranjero) iniciados en la región en los últimos dos años.
El informe también pone el foco sobre otros costos ambientales de la transformación digital, como el creciente consumo de energía y agua y la generación de residuos digitales, que contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la contaminación.
Los países en desarrollo y el modelo de economía circular
Así, advierte que el crecimiento del comercio electrónico ha provocado un aumento del 30 % en los residuos relacionados con la digitalización entre 2010 y 2022, alcanzando los 10,5 millones de toneladas a nivel mundial.
Ante esta situación, aboga por un modelo de economía circular que priorice el reciclaje, la reutilización y la recuperación de materiales digitales para reducir así la generación de residuos y los impactos ambientales derivados de éstos.
Sin embargo, recuerda que esto sólo será posible si la comunidad internacional pone en marcha esfuerzos “inmediatos y coordinados” que incluyan a gobiernos, líderes de la industria y la sociedad civil.