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De acuerdo con el estudio, la población global, actualmente estimada en 8,2 mil millones, alcanzará su pico en la década de 2080, con una cifra aproximada de 10,3 mil millones, para luego iniciar un descenso paulatino hacia los 10,2 mil millones al final del siglo.
El informe hace mención a que uno de cada cuatro habitantes del planeta vive en un país cuya población ya alcanzó su pico. En estos países, como Japón, Alemania y China, el aumento en la proporción de personas mayores de 65 años incrementará las presiones sobre los sistemas de seguridad social y de salud pública.
El trabajo de la ONU proyecta que, en las próximas tres décadas, estas regiones experimentarán una reducción promedio del 14% en su población, con países como Albania y Lituania liderando las caídas más drásticas. Además, la disminución de la población en edad laboral afectará la productividad y el crecimiento económico, planteando la necesidad de adaptar los mercados laborales para incluir a personas mayores mediante la creación de políticas de envejecimiento activo y formación continua.
Para el segundo grupo, entre ellos Brasil, Turquía y Vietnam, la ONU prevé que la población alcanzará su máximo entre 2025 y 2054. Durante este periodo, estas naciones verán un incremento poblacional moderado, en torno al 5.3%. Por otro lado, el tercer grupo, donde se encuentra Paraguay entre otras naciones como India, Nigeria y Estados Unidos, la población continuará creciendo hasta 2054, impulsada principalmente por estructuras de edad jóvenes y tasas de fertilidad elevadas.
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A mediados de 2024, el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó las proyecciones de población nacional desagregadas por sexo y edad hasta el año 2050. De acuerdo con estas estimaciones, la población paraguaya superará los 7,1 millones de habitantes para ese año. En cuanto a su composición, se prevé que el 17,4 % corresponderá a personas de entre 0 y 14 años, el 66,2 % se situará en el rango de 15 a 64 años y el 16,4% representará a la población mayor de 65 años.
Aunque la población total continuará en aumento hasta 2050, y de acuerdo con las proyecciones de la ONU alcanzará su pico entre 2025 y 2054, el ritmo de crecimiento anual mostrará una desaceleración progresiva durante este período. De acuerdo con datos del INE, para 2030 se espera que el crecimiento poblacional sea de aproximadamente 0,6% anual, mientras que para 2050 se reducirá a 0,18%. Este cambio refleja una transición demográfica que plantea desafíos y oportunidades para el desarrollo económico y social del país.
Dividendo demográfico
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU resalta que, en regiones con poblaciones jóvenes y tasas de fertilidad en declive surge una oportunidad única conocida como “dividendo demográfico”. Este fenómeno, que incrementa la proporción de personas en edad laboral respecto a las dependientes, puede traducirse en un impulso significativo al crecimiento económico si se acompañan de inversiones en educación, salud e infraestructura, junto con políticas que fomenten la creación de empleo de calidad.
Asimismo, la ONU en su documento destaca que la tasa de fertilidad promedio ha descendido a 2,25 nacimientos por mujer, en comparación con 3,31 en 1990. Más de la mitad de los países tienen niveles de fertilidad por debajo del nivel de reemplazo (2,1), mientras que un quinto de las naciones, enfrentan tasas extremadamente bajas, inferiores a 1,4 nacimientos por mujer.
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Este fenómeno, combinado con una creciente proporción de personas mayores, supone desafíos adicionales para la sostenibilidad económica, requiriendo políticas de incentivos familiares y reformas laborales para aprovechar el potencial de una población activa en disminución.
En tanto que, la esperanza de vida global ha aumentado significativamente, alcanzando 73,3 años en 2024. El informe señala que este aumento, impulsado por avances en salud pública y medicina, podría mantenerse, proyectándose una esperanza de vida de 77,4 años para 2054. Esto representará un logro social, pero también plantea retos económicos. Los costos asociados a las pensiones, los sistemas de salud y los cuidados de largo plazo aumentarán, lo que requerirá una reestructuración de las políticas sociales y una mayor inversión en tecnologías que impulsen la productividad.
La ONU indica a la vez que la inmigración será clave para contrarrestar los efectos del envejecimiento y el decrecimiento poblacional. Para países como Italia, Alemania, Estados Unidos y Canadá, esta será la principal fuente de crecimiento demográfico hasta finales de siglo. Sin embargo, en naciones con tasas de fertilidad extremadamente bajas, la emigración de personas jóvenes en edad reproductiva podría agravar aún más las tendencias de declive poblacional.
Por último, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU hace mención que la estabilización de la población mundial en niveles más bajos que los proyectados previamente podría aliviar la presión sobre los recursos naturales y los ecosistemas, favoreciendo un desarrollo más sostenible. Sin embargo, también podría afectar la demanda global de bienes y servicios, especialmente en sectores como el inmobiliario y el consumo masivo, que históricamente han dependido del crecimiento poblacional.
En este contexto, el estudio enfatiza que las tendencias demográficas no solo reflejan cambios sociales, sino que también demandan respuestas económicas adaptativas. La planificación anticipada y la implementación de políticas integrales serán fundamentales para aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos asociados a las transformaciones poblacionales del siglo XXI.
Menor fertilidad
La ONU, en su documento, destaca que la tasa de fertilidad promedio ha descendido a 2,25 nacimientos por mujer, en comparación con 3,31 en 1990.
*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones