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En las favelas que componen el “Complejo Israel”, en Río de Janeiro, Brasil, está cobrando fuerza una organización criminal que se autodenomina “Tercer Comando Puro”, que sustenta sus actividades criminales en creencias religiosas pentecostales, según reporta el medio internacional BBC.
El Tercer Comando Puro se está convirtiendo en uno de los grupos criminales más poderosos de Río de Janeiro. Drogas incautadas del grupo por la Policía están marcadas con el símbolo que el grupo ha adoptado como suyo: la Estrella de David.
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Los integrantes del Tercer Comando Puro se ven a sí mismos como “soldados del crimen” al servicio de Jesús, según explicó a la BBC la teólga Vivian Costa, autora de un libro sobre este fenómeno criminal.
La relación de los grupos criminales de Río de Janeiro – o de otras partes del mundo – con la religión no es un fenómeno nuevo.
“Ser evangélico y matón”
Entrevistado por la BBC, el pastor brasileño Diego Nascimento relató que él mismo se convirtió al cristianismo influenciado por un pandillero de la banda Comando Rojo de Río, de la favela Vila Kennedy, grupo al que se afilió antes de abandonar la vida del crimen y dedicarse a su labor religiosa. Lo hizo luego de superar una condena de cuatro años de prisión y una adicción al crack.
En su opinión, los criminales que se autodenominan religiosos caen en una contradicción.
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“No los veo como creyentes evangélicos. Los veo como personas que van por el camino equivocado y tienen miedo de Dios porque saben que Dios es quien guarda sus vidas”, dijo. “No existe la combinación de las dos cosas, ser evangélico y matón. Si una persona acepta a Jesús y sigue los mandamientos bíblicos, no puede ser traficante de drogas”.
Según denuncias, el aumento de influencia de criminales cristianos evangélicos en el Complejo Israel ha comenzado a repercutir en la libertad de religión en esa zona de Río de Janeiro, ya que supuestamente se ha comenzado a perseguir a personas que practican públicamente otras religiones, particularmente creencias afrobrasileñas.