Según las mismas fuentes, el Papa ha dormido bien toda la noche y, como ya ocurrió el domingo, no está sometido a ventilación mecánica y se le está administrando oxígeno mediante cánulas nasales.
Tras el episodio de broncoespasmo que sufrió el pasado viernes, el cuadro clínico del pontífice argentino sigue siendo “complejo” y su pronóstico “reservado”, añadió el último informe médico.