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El mayor evento político anual de China empezó en Pekín con una doble reunión del Parlamento y de un órgano consultivo que tendrán como protagonistas la aletargada economía y los aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump.
Desde la pandemia, la economía del gigante asiático no consigue recuperar su esplendor, lastrada por una persistente crisis en el sector inmobiliario, el débil consumo y un alto desempleo juvenil.
Miles de delegados llegaron a la capital china para participar en las llamadas “Dos Sesiones”, los encuentros plenarios de la Asamblea Popular Nacional (APN) y de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPC), que se puso en marcha el martes por la tarde.
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Aunque están muy coreografiados y los textos preaprobados por el Partido Comunista reciben un respaldo casi unánime, estos encuentros permiten atisbar las prioridades de Pekín, especialmente ante unos Estados Unidos ahora imprevisibles.
Cónclave económico
El portavoz de la sesión de la APN, Lou Qinjian, reconoció que la economía nacional enfrenta “numerosas dificultades y desafíos”.
“La incertidumbre económica y política a nivel mundial aumenta (...), la demanda interna es insuficiente y ciertas empresas se enfrentan a dificultades de producción y explotación”, dijo.
Sin embargo, también ensalzó la capacidad de China para superar estas turbulencias gracias a “una fuerte resistencia y un gran potencial.
La inauguración de las “Dos Sesiones” coincidió con la entrada en vigor de nuevos aranceles de Washington, a los que China respondió inmediatamente con el anuncio de derechos de aduana a varias importaciones agrícolas estadounidenses.
Varios observadores esperan que este gran cónclave anual derive en medidas para relanzar la demanda interna, que será necesaria para compensar una posible caída de las exportaciones debido a la guerra comercial con Estados Unidos.
“Propaganda”
El plato fuerte de las “Dos Sesiones” es la reunión de la Asamblea Nacional Popular, que comenzará el miércoles con un discurso del primer ministro Li Qiang en el que presentará los objetivos económicos de China para 2025.
Los analistas sondeados por la AFP auguran una meta de crecimiento del 5% del PIB, como el año pasado.