El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunió el sábado con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Oleksandr Sirski; el ministro de Defensa, Rustem Umérov;, el jefe del Estado General Mayor, Andrí Jnatov, y el jefe y vicejefe de gabinete, Andrí Yermak y Pavló Palisa, para preparar la reunión.
En principio Umérov encabezará en Riad la delegación ucraniana, que también estará formada por Palisa y un equipo de perfil técnico, especialmente expertos en energía y en infraestructuras portuarias.
La delegación ucraniana ya volará ya este domingo a Arabia Saudí, según dijo la víspera Zelenski, a fin de mantener reuniones preliminares con la delegación estadounidense.
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Ésta estará compuesta por el enviado especial de EE.UU. para Ucrania, general Keith Kellogg y ayudantes suyos, por Michael Anton, director de Planificación de Políticas del Departamento de Estado, además de por representantes del consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, según The New York Times.
El lunes aterrizarán además en la capital saudí el jefe del Comité de Asuntos Internacionales del Senado ruso, Grigori Karasin, y el asesor del director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), Serguéi Beseda, dos experimentados negociadores “muy conocedores de la problemática internacional”, según el Kremlin.
Una Rusia constructiva pero combativa
“Nuestro ánimo es constructivo y combativo, esperamos lograr avances”, dijo Karasin el sábado a la televisión rusa.
Ambas delegaciones estarán en salas diferentes, de ahí que la idea de EE.UU. es efectuar conversaciones indirectas, lo que se conoce como diplomacia itinerante, es decir la delegación estadounidense irá de una sala a otra en Riad para tratar de mediar entre los representantes ucranianos y rusos, según explicó el jueves Kellogg.
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Tanto los representantes ucranianos como rusos acuden a Riad con diferentes ideas en la mente de cómo debe ser un primer alto el fuego parcial, ya que, según el presidente estadounidense, Donald Trump, él y su homólogo ruso, Vladímir Putin, acordaron en su llamada telefónica del martes una tregua parcial sobre la energía y la infraestructura.
No obstante, el Kremlin declaró exclusivamente una tregua energética unilateral, que Kiev apoyó tras su llamada con Trump el miércoles, pero que no llegó a declarar porque quería primero conocer más detalles sobre su implementación.
Moscú, que acusó toda la semana a Kiev de violar una tregua unilateral, advirtió el sábado de una respuesta “simétrica” si continúan los ataques enemigos contra instalaciones energéticas en territorio ruso.
“Si los rusos no golpean nuestras infraestructuras no golpearemos las suyas”, declaró Zelenski el miércoles en Finlandia.
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Kiev quiere que se incluya en un alto el fuego parcial también a la infraestructura civil y de hecho Zelenski reiteró el viernes que el equipo ucraniano tendrá preparada para el diálogo no solo una lista de objetivos energéticos que no deben atacar los rusos, sino también una de “infraestructuras civiles”.
El ministro ucraniano de Exteriores, Andrí Sibiga, recalcó este domingo que los ataques rusos contra la población civil, como el nocturno en Kiev en el que fallecieron al menos tres personas, contradicen las propias declaraciones de Putin sobre la posibilidad de dar pasos hacia un alto el fuego y socava los esfuerzos mediadores de EE.UU.
De una tregua energética unilateral a una nueva marítima
En la agenda de las reuniones de Riad figurará además la posible reanudación de una tregua en el mar Negro, que estuvo en vigor durante algunos meses en el primer año de la guerra.
Lo más probable es que la delegación ucraniana insista en la necesidad de que Rusia deje de atacar a la infraestructura portuaria, especialmente la de Odesa, en el sur del país. No en vano el equipo negociador incluye a expertos en este ámbito.
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El Kremlin advirtió este domingo que estas conversaciones serán “difíciles”, pues hay “muchos escollos”, en palabras del portavoz, Dmitri Peskov.
La tregua estuvo en vigor varios meses en 2022 por mediación de la ONU y Turquía y permitió a Kiev exportar de manera segura sus cereales a través de barcos mercantes que cruzaban el estrecho de Bósforo.
Rusia ha rechazado por el momento una tregua total en Ucrania, tanto de seis meses como proponían los europeos como la de 30 días planteada por EE.UU.
No obstante, la Casa Blanca pretende alcanzar un acuerdo de alto el fuego antes del 20 de abril, que este año cae en Pascua, pero reconoce que ese cronograma podría verse alterado dadas las amplias diferencias entre las dos partes, según personas familiarizadas con los planes citadas por la agencia Bloomberg.