En un dictamen publicado este lunes, la Anses explica que las isoflavonas “pueden tener efectos nocivos para la salud, en particular en el sistema reproductor si se consumen en gran cantidad” y “la soja es la principal fuente de isoflavonas”.
Sobre la base de los estudios que se han hecho sobre la cuestión, se ha constatado que el 75 % de los niños de entre 3 y 5 que consumen alimentos de soja superan los valores toxicológicos de referencia (VTR), a partir de los cuales se considera que puede haber riesgos para la salud.
Lo mismo ocurre con el 53 % de las chicas de 11 a 17 años que ingieren esos productos y con el 47 % de los hombres de más de 18 años y de las mujeres de 18 a 50 años.
Las isoflavonas están naturalmente presentes en algunos vegetales como en las leguminosas y en las hortalizas, pero es en los alimentos con soja donde su contenido es mayor.
Por eso, la Anses recomienda que no se sirvan en los comedores y al mismo tiempo invita a los productores y a los industriales del sector agroalimentario a que modifiquen sus técnicas de transformación porque reducir el contenido en isoflavonas “es necesario y posible”.
De hecho, explica que hay una gran variedad en la concentración de estas moléculas conocidas por su actividad hormonal estrogénica. Así hay 100 veces más en las galletas de aperitivo hechas con soja que en la salsa de soja y en un mismo producto, como los postres de soja la cantidad puede ser hasta el doble.
Eso se debe a varios factores, como la variedad de la soja, las condiciones en que se ha cultivado y el punto de madurez con el que fue cosechada pero también de los procedimientos de fabricación y de las fórmulas de las recetas.