El fin de un papado, sea por muerte o por dimisión (como ocurrió hace 12 años con Benedicto XVI), es el periodo de tiempo de Sede Vacante en Roma que corre hasta la elección de un nuevo sucesor de Pedro. Es el motivo por el cual el Escudo Papal, representado por dos llaves cruzadas y la mitra, es sustituido por el de la Sede Vacante que conserva las llaves, pero en lugar de la mitra tiene una sombrilla. Para decirlo más fácil, la mitra es el accesorio alargado que el Papa y los obispos utilizan en la cabeza durante las celebraciones litúrgicas.
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Escudo Papal
Desde hace casi mil años cada Papa ha tenido su propio escudo, que representa el periodo de su papado. Francisco había sido el primero en utilizar un lema en el mismo: “Miserando atque eligendo”, que hace referencia a la misericordia en la que hizo mucho énfasis desde el principio de su papado y la demostró hasta sus últimos días acudiendo a las cárceles cuando incluso se encontraba enfermo.

Como comentamos más arriba, el Escudo Papal está compuesto por dos llaves (desde el año 1294) y la mitra (desde que Benedicto XVI reemplazó otro antiguo ornamento en el escudo llamado tiara papal). Una de las llaves es plateada simbolizando el poder en la tierra y otra dorada que simboliza el poder divino concedido por Jesús a Pedro, el primer Papa de la historia de la Iglesia Católica, lo que es mencionado en el evangelio de San Mateo.

Emblema de la Sede Vacante
Apenas se confirmó la muerte del papa Francisco, el pasado Lunes de Pascua, el escudo pontificio fue reemplazado por otro que informa que no se ha elegido aún al nuevo obispo de Roma. Desde el arzobispado de Asunción compartieron hoy precisamente el significado del emblema de la Sede Vacante.
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Los datos indican que este símbolo contiene una sombrilla, llamada en realidad conopeo o umbella, que representa la ausencia del Romano Pontífice, pero que recuerda al mismo tiempo que “la Iglesia sigue en pie, protegida y guiada por Dios” en este tiempo en que tendrán que reunirse los más de 130 cardenales menores de 80 años para elegir al nuevo Papa.

El informe indica además que en los primeros siglos la sombrilla se utilizaba en procesiones como símbolo de protección y de misterio, “igual que el baldaquino sobre el altar, que indica la presencia de lo sagrado. En la liturgia, también vemos velos que cubren el sagrario o el copón: signos que nos hablan del misterio de la Eucaristía”.
Un tercer elemento que notamos en estos emblemas es sin dudas el nudo que ata a las llaves, que tiene referencia también al mismo evangelio de Mateo 16,19 “A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra será atado en el Cielo; y todo lo que desatéis en la tierra será desatado en el Cielo”. El cordón de tela rojo se utiliza igualmente para sellar las habitaciones del Papa durante este periodo, una tradición milenaria que sirve para proteger los documentos personales del pontífice y garantizar una transición ordenada del poder en la iglesia.