REDACCIÓN INTERNACIONAL. Su entierro, el primero de un papa fuera de los muros del Vaticano desde León XIII en 1903, puso fin a 12 años de un pontificado marcado por la defensa de los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
La inhumación tuvo lugar durante una ceremonia íntima presidida por el cardenal camarlengo, Kevin Farrell, en presencia de familiares del primer papa latinoamericano, precisó el Vaticano.

El líder de 1.400 millones de católicos en el mundo falleció el 21 de abril a los 88 años por un ictus, casi un mes después de salir de una larga hospitalización por una neumonía bilateral.
Su tumba es fiel a la imagen de sencillez que se labró: de mármol procedente de la zona del norte de Italia de donde era originaria su familia y con “Franciscus” como única inscripción. El público podrá visitarla a partir de hoy domingo 27 de abril.

Para su último viaje, su féretro recorrió las calles de la Ciudad Eterna a bordo del papamóvil, pasando frente a lugares emblemáticos como el Coliseo y los Foros Imperiales, en un soleado día de primavera.
La misa fue seguida desde la Plaza de San Pedro por unas 250.000 personas, pero la cifra aumentó a casi el doble, 400.000, a lo largo del recorrido que realizó el cortejo fúnebre, según estimaciones de la Santa Sede.

El fervor popular por el jesuita argentino llevó a que muchos fieles llegaran de madrugada para asegurarse un buen puesto en el funeral.
Homilía

Ante decenas también de dignatarios mundiales como Donald Trump, el cardenal decano Giovanni Battista Re destacó sus “innumerables” esfuerzos en defensa de migrantes y refugiados, del Mediterráneo a México.
“Fue un papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos” y prestó “especial atención” a “los últimos de la tierra, los marginados”, subrayó el purpurado durante la homilía.

Otra de las luchas del Santo Padre también resonó con fuerza en la plaza, cuando Estados Unidos intenta lograr un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, en guerra desde febrero de 2022.
“El papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles” a las guerras, agregó Re, entre aplausos del público.

Además, “instauró un contacto directo con las personas y poblaciones, deseoso de estar cerca de todos, con una marcada atención a las personas con dificultades, dedicándose sin medida sobre todo a los últimos de la Tierra y marginados. Fue un papa entre la gente con el corazón abierto a todos”.
La lucha contra la pederastia en la Iglesia y el impulso de un mayor papel para mujeres y laicos forman parte de su legado reformista, pero también enfrentó una dura oposición conservadora en la institución.
El adiós a Francisco dará paso a la elección de su sucesor.
El cónclave para escogerlo debe convocarse entre 15 y 20 días después de su muerte, aunque los cardenales podrían hacerlo antes en una fecha aún por definir. (AFP/EFE).