Cómo se elige el nombre del papa y por qué importa tanto para la Iglesia

Un nuevo papa trae consigo una serie de ceremonias y tradiciones llenas de significado histórico para la Iglesia Católica. Cambiar su nombre es uno de los primeros pasos que toma al ser elegido, un acto lleno de simbolismo que establece el tono de su liderazgo.

Los cardenales asisten a una santa misa un día después del funeral del Papa Francisco, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 27 de abril de 2025.
Los cardenales asisten a una santa misa un día después del funeral del Papa Francisco, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 27 de abril de 2025.DAMIEN MEYER

El cambio de nombre no tiene un fundamento doctrinal, pero se ha arraigado desde la Alta Edad Media. Durante su pontificado, el papa adopta un nuevo nombre lleno de significado y referencia a su antecesor o a santos admirados. Este hábito comenzó con el papa Juan II en el siglo VI, quien cambió su nombre de Mercurius por sus connotaciones paganas.

La influencia de los predecesores

Adoptar un nombre de un papa anterior que superó crisis o inspiró reformas puede ser una decisión estratégica. Por ejemplo, el papa Francisco escogió su nombre en homenaje a San Francisco de Asís, subrayando su dedicación a la paz y al cuidado de los pobres. Benedicto XVI, por otra parte, eligió su nombre para aludir a la paz, honrando a San Benito y al papa Benedicto XV.

Nombres con implicaciones históricas

Algunos nombres son considerados poco probables hoy en día. Pedro, por ejemplo, no se utiliza por respeto a San Pedro. Nombres como Urbano o Pío podrían evocar asociaciones históricas negativas que los hacen menos atractivos en el contexto actual.

Influencias culturales y geográficas

Un papa del sur podría optar por nombres de los primeros pontífices no italianos, como Gelasio o Víctor, originarios de África. Nombres que evocan justicia social, como León, podrían ser preferidos si se busca un enfoque reformista.

Historia de nombres únicos

En la historia, ha habido 44 nombres papales exclusivos, el más reciente siendo Francisco. Optar por un nombre único puede tener implicaciones significativas, como lo fue con el papa Lando en el siglo X.

El papa Francisco es el primero en la historia en adoptar ese nombre, marcando una ruptura simbólica con sus predecesores y destacando su compromiso con la humildad, la paz y la justicia social.
El papa Francisco es el primero en la historia en adoptar ese nombre, marcando una ruptura simbólica con sus predecesores y destacando su compromiso con la humildad, la paz y la justicia social.

Anuncio de un nuevo papa

El anuncio del nombre de un nuevo papa se realiza tras el humo blanco que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina. En esta ceremonia, el cardenal diácono proclama “Habemus Papam” desde el balcón de la Basílica de San Pedro, revelando el nombre en latín. El nuevo papa incorpora sus nombres de bautismo y su apellido original en el idioma nativo.

Este ritual, culminación de un conclave, formaliza la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica, marcando el inicio de su pontificado y cerrando un episodio lleno de simbolismo y tradición.

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