Antes de ser elegido como papa, León XIV —el cardenal estadounidense Robert Prevost— dejó entrever su postura ante el poder y la injusticia: justicia y compasión por encima de todo. Su último gesto público fue un retuit que criticaba duramente a Donald Trump y Nayib Bukele por su política migratoria, una señal elocuente del tipo de liderazgo que comenzaba a gestarse.
El tuit original, que señalaba una deportación considerada ilícita por parte de autoridades federales de EE.UU. —en un caso que involucraba a un residente legal que fue en su momento indocumentado salvadoreño—, condenaba el uso del poder institucional con fines punitivos. En el mensaje se mencionaba al obispo auxiliar de Washington, Evelio Menjívar, quien lanzaba una pregunta tan directa como incómoda: “¿No ven el sufrimiento? ¿No les preocupa su conciencia? ¿Cómo pueden callarse?”.

El entonces cardenal Prevost decidió amplificar ese mensaje desde su cuenta oficial, dando señales claras del tipo de liderazgo que encarnaría si llegaba al trono de Pedro. Y así fue.
Conocido por su compromiso con los derechos humanos, los migrantes y los pueblos latinoamericanos, el exobispo de Chiclayo, Perú, y miembro de la Orden de San Agustín, llega al pontificado con una fuerte impronta pastoral. Su primer discurso como papa estuvo marcado por llamados al diálogo, a la construcción de puentes, y a una Iglesia cercana al dolor del mundo.
Ahora, como León XIV, sus actos anteriores ya trazan una hoja de ruta: un papado que no callará ante la injusticia, incluso si los protagonistas están en lo más alto del poder político.
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Criticas a Vance
El ahora papa León XIV también hizo críticas contra unas declaraciones del vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. El Pontífice compartió en su cuenta oficial de X (ex Twitter) un artículo de opinión titulado “JD Vance se equivoca: Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás”, enviando un claro mensaje teológico y político a una de las figuras más conservadoras del gobierno norteamericano.
La controversia se desató tras una entrevista que Vance ofreció a Fox News el 29 de enero, en la que afirmó:
“Existe un concepto cristiano: amar a la familia, amar al prójimo, amar a la comunidad, amar a los conciudadanos y, después, priorizar al resto del mundo. Mucha extrema izquierda ha invertido eso por completo”.
La respuesta de Prevost, aunque indirecta, fue contundente. Al republicar el artículo escrito por Kat Armas —teóloga y escritora cristiana—, hizo suya una interpretación radicalmente opuesta a la de Vance:
“El amor no se raciona. Jesús nunca habló de amar con prioridades ni fronteras”, señala el texto. “Nos invitó a un mundo donde el amor fluye libremente y sin jerarquías”.

El artículo desmantela el argumento de Vance sobre la supuesta “jerarquía del amor”, a la que se refiere como un concepto derivado del ordo amoris de Santo Tomás de Aquino. Si bien esta idea puede sonar razonable desde una lógica familiar o cultural, Armas —y al compartirlo, también el Papa— advierten que este enfoque puede justificar exclusiones y desigualdades bajo un disfraz religioso.
La crítica también aborda directamente la manipulación de pasajes bíblicos para justificar posturas nacionalistas o antiinmigrantes. “Cuando Jesús redefine la familia, no lo hace desde la sangre o la frontera, sino desde la voluntad de Dios”, enfatiza el texto. “El amor del que habla Jesús no es una elección entre unos y otros, es un río que fluye sin restricciones”.