Tras una memorable jornada, en la que miles de personas comenzaron a despedir al expresidente, el segundo día del velatorio de José “Pepe” Mujica comenzó a las 10:00 hora local (13:00 GMT), cuando el Palacio Legislativo reabrió sus puertas y habilitó el ingreso de quienes desde muy temprano esperaron en una larga fila para dar su último adiós.
Una de las primeras en ingresar fue Lucía Topolansky, esposa de Mujica y exvicepresidenta, quien se quedó junto a los restos de su difundo marido durante casi toda la jornada.
Con el correr de las horas, fue entrando al Salón de los Pasos Perdidos de la sede del Parlamento un mar de militantes y ciudadanos de a pie, que llegaron desde distintas partes del país para saludar por última vez al fallecido líder.
Entre los asistentes hubo incluso gente que llegó desde el exterior, como un grupo de militantes del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil.
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La mayoría de quienes pasaron frente al féretro lo hicieron en silencio, mientras que otros le dedicaron unas palabras, rezaron y hasta cantaron.
Uno de los que acudió al Palacio Legislativo fue Roberto Andrés Rodríguez, uruguayo jubilado que describió a Mujica como “un símbolo para muchos” y destacó que “dejó muchas enseñanzas y gente muy preparada que siga la huella”.
Sonia Ferrer, otra de las personas que se acercó, dijo a EFE que el fallecido expresidente “no solamente plantaba flores” sino también nuevas generaciones.
Pasadas las 13:00 (16:00 GMT), el presidente de Chile, Gabriel Boric, se convirtió en el primer jefe de estado en acudir al velatorio, y poco después arribo su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Ambos fueron recibidos por el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, y tuvieron cálidos encuentros y extensas conversaciones con Topolansky.
Los mandatarios, que viajaron desde Asia para asistir al funeral, permanecieron cerca de una hora en el Palacio Legislativo, antes de volar rumbo a sus respectivos países.
“Una persona como Mujica no muere. Se fue su cuerpo, pero plantó sus ideas todos estos años”, señaló Lula en una declaración a la prensa antes de retirarse.
El presidente brasileño mantuvo una duradera y profunda amistad con el fallecido líder uruguayo, que trascendió las afinidades políticas e ideológicas.
“Yo en mi vida conocí mucha gente, muchos políticos, mucha gente que quiero y que respeto, pero Pepe es una figura especial, una figura cariñosa, una figura que yo aprendí a respetar, a admirar y a seguir cada paso que Pepe daba desde que asumió la Presidencia de Uruguay”, agregó el líder brasileño.
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Poco después de la partida de Lula, Mauricio Rosencof, compañero de militancia de Mujica y quien estuvo detenido junto a él durante la última dictadura cívico-militar en Uruguay, pronunció un emotivo discurso de despedida a su viejo amigo.
Pasadas las 17:00 hora local (20:00 GMT), los restos del fallecido expresidente fueron retirados del Salón y colocados en la explanada del Palacio Legislativo, donde los artistas Eduardo Larbanois y Mario Carrero entonaron la canción ‘A Don José’.
“Con libertad, no ofendo ni temo / Que Don José / Oriental en la vida / Y en la muerte también”, dice parte de su letra que el maestro y poeta Rubén Lena dedicó al prócer José Gervasio Artigas.
El féretro fue luego introducido a un coche fúnebre, y partió con los restos de Mujica, que, acorde a su voluntad, serán cremados y esparcidos en su chacra (pequeña finca), más precisamente bajo el árbol donde en 2018 fue enterrada su perra Manuela.