Se trata “una medida estratégica que impide la creación de un Estado palestino que pondría en peligro a Israel”, dijo Katz en un comunicado, en el que describió las nuevas colonias como “una declaración clara sobre el futuro del país”.
“Esta decisión histórica de establecer 22 nuevos asentamientos en Judea y Samaria (nombre bíblico que el Gobierno israelí utiliza para referirse a Cisjordania) refuerza nuestro control sobre la zona, consolida nuestro derecho histórico a la Tierra de Israel y constituye una firme respuesta al terrorismo palestino que busca debilitar y dañar a los asentamientos”, añadió Katz.
Entre los 22 asentamientos aprobados se incluye el restablecimiento de Homesh y Sha-Nur -dos antiguos asentamientos cerca de la urbe palestina de Nablus y evacuados en 2005-, cuatro nuevos asentamientos a lo largo de la frontera con Jordania y otros dispersos por toda Cisjordania.
La comunidad internacional considera ilegal cualquier asentamiento en territorio militarmente ocupado, como ocurre con Cisjordania desde 1967, pero Israel legaliza estas colonias como política de Estado, e incluso el movimiento colono se instala en contenedores o estructuras precarias por propia voluntad, muchas veces protegidos por las fuerzas de seguridad y con garantía de servicios de electricidad y agua.
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Por su parte, el ministro de Finanzas y miembro del de Defensa, Bezalel Smotrich, declaró en el mismo comunicado que se trata de “un gran día para los asentamientos” y “un día importante para el Estado de Israel”.
En un comunicado, la ONG israelí Peace Now, que monitoriza la proliferación de colonias en territorio palestino, denunció que se trata de la aprobación simultánea más numerosa desde los Acuerdos de Oslo de 1993, que dividieron el territorio palestino en tres zonas y estipularon una retirada gradual de las tropas israelíes que no se produjo.
“El Gobierno israelí ya no finge lo contrario: la anexión de los territorios ocupados y la expansión de los asentamientos son su objetivo principal”, afirmó Peace Now.
“En un momento en que tanto la opinión pública israelí como el mundo entero exigen el fin inmediato de la guerra, el gobierno deja claro, una vez más y sin reservas, que prefiere profundizar la ocupación y avanzar en la anexión ‘de facto’ antes que buscar la paz”, añadió.