“Los pasajeros del ‘yate de selfies’ llegaron al aeropuerto Ben Gurion para salir de Israel y regresar a sus países”, indicó en redes sociales el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
“Quienes se nieguen a firmar los documentos de deportación y salir de Israel serán llevados ante una autoridad judicial”, agregó.
El “Madleen” fue interceptado el lunes cuando intentaba llegar a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria y 12 activistas propalestinos a bordo, incluida la sueca Greta Thunberg.
El barco de la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC, por sus siglas en inglés) fue escoltado por dos embarcaciones de la marina israelí al puerto de Asdod.
En él viajaban 12 activistas de Francia, Alemania, Brasil, Turquía, Suecia, España y Países Bajos con el objetivo de “romper el bloqueo israelí” al territorio palestino, sumido en una situación humanitaria catastrófica tras más de un año y medio de guerra.
Imágenes difundidas por la FFC muestran a activistas a bordo de la embarcación con chalecos salvavidas, naranjas y las manos en alto durante la interceptación.
Algunos entregan sus teléfonos móviles como se les ha indicado, otros habían arrojado sus celulares o tabletas por la borda.
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Deportados de Israel
La FFC, creada en 2010, es un movimiento internacional no violento de solidaridad con los palestinos, que une ayuda humanitaria y protesta política contra el bloqueo de Gaza.
El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí había anticipado que los pasajeros del barco serían enviados a sus países de origen.
La cadena catarí Al Jazeera condenó el “asalto israelí del barco” y exigió la liberación de su reportero Omar Faiad.
Entre los pasajeros figuran seis ciudadanos franceses, entre ellos la eurodiputada francopalestina de izquierda Rima Hassan.
Francia ha “transmitido todos los mensajes” a Israel para que la “protección” de sus seis ciudadanos “esté garantizada” y puedan “regresar a suelo francés”, declaró este lunes el presidente Emmanuel Macron, que calificó el bloqueo humanitario a Gaza de “escándalo”.
Irán, enemigo jurado de Israel, condenó la interceptación del barco, que tachó de “acto de piratería”.
Turquía calificó la operación de un “ataque odioso” y “violación flagrante del derecho internacional”.
La oenegé Amnistía Internacional afirmó a su vez que “la interceptación del ‘Madleen’ por parte de Israel y la detención de la tripulación contravienen el derecho internacional”.
Tras alcanzar la costa egipcia, el velero se acercó a Gaza a pesar de las advertencias israelíes contra cualquier intento de “romper el bloqueo marítimo” del territorio, “cuyo principal objetivo es impedir la transferencia de armas a Hamás”.