Aunque los precios del petróleo experimentaron un breve repunte el lunes al inicio de la sesión, luego se estabilizaron, mientras los inversores observan con cautela el alto el fuego entre Israel e Irán, y las cifras de demanda, según el sitio especializado CNBC.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró ayer con una leve subida del 0,85%, hasta los 64,92 dólares el barril, después de que el alto el fuego entre Irán e Israel. El Brent para entrega en agosto remontó un 0,80%, hasta los 67,68 dólares.
Ormuz, a salvo
El tránsito de los petroleros por el estrecho de Ormuz, que conecta el golfo Pérsico con el de Omán, no parece, en este momento, perturbado por Irán.
Más de 20 millones de barriles de crudo transitan cada día por este estrecho tan estratégico, lo que representa una quinta parte de los flujos petroleros mundiales y un tercio del tráfico marítimo de hidrocarburos. Una mercancía principalmente destinada al mercado asiático.
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Este paso es particularmente vulnerable debido a su estrecha anchura, que es de unos 50 kilómetros, y su profundidad, que no supera los 60 metros.
Su cierre constituiría una “pesadilla absoluta”, que haría explotar los precios, según Arne Lohmann Rasmussen, analista de Global Risk Management.

Temores moderados sobre respuesta iraní
Ormuz está “altamente vigilado a nivel mundial”, especialmente por la marina estadounidense, señala Ole Hvalbye. “Un verdadero bloqueo durante semanas es muy improbable”, añade.
Sin embargo, este analista no descartaba ataques selectivos a compañías marítimas occidentales por parte de “pequeñas embarcaciones con armas, minas” o misiles, antes de conocerse la tregua Israel-Irán.
A menudo esgrimida por Irán, la amenaza de un bloqueo de este estrecho nunca se ha materializado. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, había advertido que tal decisión sería “otro error terrible” y “un suicidio económico” para Teherán, que depende de las exportaciones de petróleo.
Algunos inversores “piensan que Irán evitará una represalia completa y provocar un caos regional para proteger sus propias instalaciones petroleras”, que podrían convertirse en objetivos, según Ipek Ozkardeskaya.
Además, una escalada perjudicaría a China, principal cliente del petróleo de Irán, noveno productor mundial con 3,3 millones de barriles por día.
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Un riesgo ya tenido en cuenta
“Realmente da la impresión de que los mercados reaccionan cada vez menos a las noticias”, observa Ozkardeskaya.
El riesgo geopolítico, después del estallido a mediados de junio de la guerra entre Irán e Israel, ya ha sido ampliamente integrado en los precios, con los temores a los ataques estadounidenses sobre el territorio iraní, que finalmente se llevaron a cabo el domingo.

Alternativas
Un posible aumento de los precios terminaría por atenuarse con la “liberación de las reservas estratégicas, especialmente en Estados Unidos y China”, señala Ole Hansen, analista de Saxo Bank.
Hansen también observa que “una reorientación de parte de las exportaciones de petróleo crudo de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos” podría ocurrir “a través de oleoductos hacia instalaciones ubicadas fuera del estrecho”.
Una previsión sin embargo matizada por Ole Hvalbye, quien señala que no existe “una alternativa inmediata” a Ormuz, salvo “un oleoducto que vaya de Catar hacia el oeste, pero con menor capacidad”.