“Si alguien no cumple las leyes debe enfrentar las consecuencias legales”, dijo Orbán en la radio pública en relación con la marcha que se realizará mañana en el centro de Budapest.
“Si alguien se presenta (en la marcha) en vestimenta insuficiente es algo que no se puede hacer, que tendrá consecuencias legales”, dijo el primer ministro, aludiendo claramente a las legislaciones aprobadas para prohibir la marcha de Orgullo, que determinan que esos eventos ponen en peligro el “desarrollo adecuado” de los menores.
En todo caso, Orbán subrayó que las consecuencias legales “no podrán llegar al nivel de la agresión física por parte de la policía”.

Las legislaciones y reformas constitucionales aprobadas en marzo por la mayoría del partido gubernamental, el Fidesz, permitieron prohibir la Marcha de Orgullo y la participación en eventos como éste podría ser multada por la policía, que también tiene previsto utilizar sistemas de reconocimiento facial.
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De hecho, el ministro de Justicia húngaro, Bence Tuzson, envió una carta a varias embajadas extranjeras acreditadas en Budapest, que se solidarizaron con la comunidad LGTBI, recordando que los participantes podrían ser multados.
No obstante, el alcalde progresista de Budapest, Gergely Karácsony, asegura que al tratarse de un evento municipal la “Marcha del Orgullo de Budapest” se celebrará este sábado.
El alcalde argumenta que este evento, al ser municipal, no necesita la autorización previa de las autoridades, algo que la policía discute y lo ha prohibido.
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La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, hizo esta semana un llamamiento a las autoridades húngaras a que permitan que se celebre la Marcha del Orgullo, “sin temor a ninguna sanción penal o administrativa”.
Orbán reaccionó instando a la CE a no “interferir en asuntos penales de los Estados miembros”.
Se espera que en la marcha del Orgullo la participación de decenas de políticos de todo el mundo, incluyendo 70 eurodiputados.