“Los cortes de internet impuestos por los talibanes están causando un grave daño a los derechos y medios de vida de la población en Afganistán”, declaró el organismo Human Rights Watch (HRW), que indica que los cortes comenzaron a mediados de septiembre y se extendieron a todo el país a finales de mes.
Los talibanes no han emitido aún ninguna explicación oficial sobre el apagón, aunque han justificado los últimos cortes intermitentes como medida preventiva para combatir “actividades inmorales”.
La ONU ha instado directamente al régimen talibán a restablecer de manera inmediata y completa el acceso nacional a internet y la red de telefonía, mientras continúa “comprometiéndose activamente con las autoridades de facto en apoyo al pueblo afgano”, indicó en un comunicado.
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“El apagón nacional de internet impuesto por las autoridades de facto talibanas es una medida imprudente que tendrá consecuencias de gran alcance para la entrega de ayuda, el acceso a la atención médica y otros servicios esenciales”, señaló el la Directora Regional de Amnistía Internacional, Smriti Singh.
Amnistía Internacional ha reiterado la gravedad de la situación en un momento en que Afganistán “enfrenta múltiples crisis humanitarias que afectan a casi la mitad de la población”, tras el reciente terremoto que dejó más de 2.200 muertos y las expulsiones masivas de refugiados desde Irán y Pakistán.
El Cuerpo de Coordinación de Mujeres Activistas Afganas (AWACB) expresó su alarma por el “corte deliberado de internet por parte de los talibanes” y llamó a “presionar” a los talibanes para restablecer el acceso a la comunicación.
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Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz, ya se pronunció en los primeros cortes de septiembre y calificó la orden de interrumpir internet como “el último intento del régimen talibán, bajo su brutal apartheid de género, de aislar a las mujeres y niñas afganas del mundo”.
El régimen talibán, que gobierna Afganistán bajo una estricta interpretación de la sharía, ya se había declarado alarmado por el consumo de pornografía y otros contenidos contrarios a la ley islámica y a su moralidad, y presentó los cortes de la red como una medida de control religioso.