El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva -según refiere un artículo del periódico brasileño Folha de Sao Paulo- ha planteado una reducción drástica en el presupuesto del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), la principal herramienta de cohesión del bloque, provocando una reacción de Uruguay y Paraguay, los principales beneficiarios históricos del mecanismo.
Según la propuesta brasileña, el costo anual del Focem en su segunda fase descendería de los 100 millones de dólares actuales a apenas 30 millones dólares.
La iniciativa, circulada a inicios de octubre mientras Brasil ejerce la presidencia pro tempore del bloque, también modifica los porcentajes de contribución y recepción de fondos.
Según el sitio especializado Prensa Mercusur la redistribución quedaría así: Bolivia sería el mayor receptor (26%), seguido por Paraguay (23%) y Uruguay (21%). Argentina recibiría el 15,1% y Brasil obtendría una proporción ligeramente inferior al 15%.
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Argumento
El argumento es que Uruguay y Paraguay muestra un progreso socioeconómico y que esto les permitiría contribuir más y recibir menos. Además, la administración del presidente Lula tendría intenciones de redistribuir esos recursos dentro del bloque y que se incorpore a Bolivia, el país más pobre de Sudamérica.
La propuesta fue duramente criticada por las delegaciones de Uruguay y Paraguay, que registraron su rechazo en un acta del Grupo Mercado Común.
Ambos países afirmaron que la iniciativa “debilita política y económicamente el principal mecanismo de cohesión estructural del bloque y envía una señal negativa sobre el proceso de integración regional”.
Consideran que los indicadores de desarrollo utilizados por Brasil no reflejan las asimetrías reales.
La oposición de la representación paraguaya y uruguaya no sería el único escollo. Según Folha, Argentina, con la actual admnistración de Javier Milei, aboga por un modelo que permita la financiación privada y de entidades como el Fonplata, una visión que el equipo de Lula considera inviable debido a que socavaría el propósito de las contribuciones no reembolsables.
Miembros de la administración Lula entrevistados por Folha dijeron no obstante que el monto de 30 millones de dólares mencionados es preliminar y podría ser ajustado en las negociaciones.