LONDRES. En la última de las cinco rondas de votos por los 313 diputados tories, destinadas a reducir a dos la decenas de candidatos que aspiraban al liderazgo del partido, el polémico excanciller Johnson obtuvo 160 votos y el serio y actual canciller Hunt 77.
Johnson, de 55 años, conocido por su indisciplinada cabellera rubia y sus incendiarias declaraciones, partía como gran favorito y tuvo durante todo el proceso un avance arrollador.
El exministro de Relaciones Exteriores y excalde de Londres, carismático y controvertido, defensor de un Brexit duro, es uno de los políticos más populares del país pero también uno de los que más división provoca.
Hunt, de 52 años, que le sucedió en la diplomacia británica cuando Johnson dimitió en 2018 en desacuerdo con la estrategia negociadora de May, defiende su “seriedad” como empresario de éxito. Inicialmente partidario de permanecer en la Unión Europea, cambió de opinión decepcionado por la actitud “arrogante” de Bruselas en las negociaciones.
¿Ya lo leíste? Johnson promete consumar el “brexit”
El sábado, ambos emprenderán una campaña para presentar sus programas a los 160.000 miembros de la formación, que tendrán la última palabra durante una votación organizada a finales de julio.
“Estoy deseando salir por todo el Reino Unido y presentar mi plan para cumplir con el Brexit, unir a nuestro país y crear un futuro mejor para todos”, tuiteó Johnson. “No soy el favorito, pero en política las sorpresas ocurren como hoy”, escribió Hunt.
El vencedor se convertirá en el nuevo líder del Partido Conservador y como tal asumirá el cargo de primer ministro, ocupado hasta ese momento por May, quien se vio obligada a dimitir por su incapacidad para lograr que el Parlamento aprobase el acuerdo de Brexit que negoció con Bruselas.
Llevar a cabo la salida británica de la UE será la prioridad del nuevo jefe de gobierno pero la situación no habrá cambiado sustancialmente: los conservadores siguen sin mayoría absoluta en el Parlamento y Bruselas insiste en que no está dispuesta a reabrir la negociación.
Previsto inicialmente para el 29 de marzo de 2019, el Brexit -que fue decidido por 52% de los votos en un referéndum en 2016- tuvo ya que ser aplazado dos veces, la última hasta el 31 de octubre. Y, aunque en los últimos días moderó su lenguaje, Johnson se declaró determinado a no pedir más prolongaciones.
Esto vuelve a poner sobre la mesa la temida opción de un Brexit sin acuerdo, que los círculos empresariales británicos fustigan por sus caóticas consecuencias para la economía.