William Pooley, de 29 años, muestra “buenos signos” siete días después de ser aislado en el Royal Free Hospital de Londres, tras haber sido repatriado desde Sierra Leona, donde residía y contrajo el virus.
“Está mucho mejor de lo que pensábamos que estaría. Ha recuperado el apetito”, dijeron a la cadena pública sus padres, que confían en que la recuperación de Pooley sea completa a largo plazo.
El pasado lunes, los médicos suministraron al británico la primera dosis de Zmapp, un fármaco en fase de pruebas contra una enfermedad para la que todavía no existen vacunas ni tratamientos aprobados.
Se trata del mismo suero que se suministró a dos estadounidenses que acabaron sobreviviendo a la enfermedad.
Otros dos pacientes tratados con ZMapp no han sobrevivido, entre ellos el religioso español Miguel Pajares, si bien los científicos creen que el carácter avanzado de la infección en esos casos pudo ser decisivo.
El responsable clínico de enfermedades infecciosas del centro donde permanece ingresado Pooley, Michael Jacobs, subrayó que los médicos dejaron “absolutamente claro” al paciente y su familia que se trata de un medicamento “experimental”.
Hasta el momento, el medicamento se ha mostrado eficaz en experimentos en primates, si bien los científicos no han confirmado hasta qué punto contribuye a la curación en humanos.
El 47 por ciento de los infectados por la cepa de ébola que azota África Occidental, que ha matado a más de 1.500 personas en el último brote, ha sobrevivido sin que se administrara el medicamento.