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La residencia visitada por políticos, reinas, periodistas y muchas otras personalidades, cuando el capo iniciaba su carrera política, tuvo que ser derribada, publica el portal Caracol, de Colombia.
El gerente del parque temático en que se transformó la hacienda del extinto narcotraficante, Óscar Jairo Orozco Montoya, señaló que la vivienda se recibió en condiciones muy precarias y tenía graves problemas estructurales.
Las ruinas de la vieja mansión de Pablo Escobar fueron mantenidas por los nuevos directivos del parque temático Hacienda Nápoles, para narrar y condenar los hechos de violencia generados por el narcotráfico, en una exhibición museográfica que se apreció por varios años.
La edificación, según agrega la publicación, tuvo que ser sostenida de manera permanente por cerchas y tacos, ya que su deterioro era irreversible, sobre todo porque la construcción dejaba serias dudas sobre su calidad y firmeza. "Poco hierro en su estructura, sin vigas de amarre, mal cálculo de los pesos y un diseño poco estructurado, fueron el comienzo de graves patologías que luego se encargaron de complementar el abandono, el agua, los saqueadores y guaqueros y el paso ineluctable del tiempo", agrega el artículo.
Luego de que la vivienda de Escobar pasara a manos del Estado colombiano, y este a su vez lo entregó a la empresa Atecsa y a la Corporación Cultura Ambiental, quedó claro que la casa de Escobar nunca sería reconstruida, ya que para nadie tiene valor ni histórico, ni arquitectónico ni patrimonial, y también resultaba una inmoralidad invertir una fortuna en rescatar la memoria del peor criminal que tuvo la historia colombiana.