En una película de siete minutos de tintes épicos y propagandísticos realizada por la productora del EI, Al Hayat, los yihadistas franceses aparecen en torno a una hoguera quemando sus pasaportes, mientras renuncian a su nacionalidad.
Posteriormente, tres de ellos se dirigen directamente al espectador, rodeados por una decena de enmascarados, y lanzan amenazas directas a Francia, al tiempo que invitan a los musulmanes a atentar sobre suelo francés.
“¿A qué esperan? ¿Por qué aún no han emigrado? Puede llegar un día en que las fronteras estén cerradas y entonces solo les quedarán las lágrimas y el lamento. El camino hasta aquí es fácil”, dice uno de los terroristas, identificado por el seudónimo de Abu Osama al Faranci.
Un segundo yihadista, con el seudónimo de Abu Maryam al Faranci, dice a sus compatriotas que “el mero hecho de ir a hacer la compra será para ustedes el terror”, y se queja por la dificultad para las musulmanas de llevar el “niqab” (velo integral) en Francia.
El tercero, Abu Salman al Faranci, insta a los musulmanes directamente a “no dejar dormir” a sus compatriotas, y a utilizar “las armas y los coches, o incluso veneno” para atacar a los “infieles”.
La grabación llega cuando Francia se halla aún conmocionada por la presencia de dos de sus ciudadanos, Maxime Hauchard y Mickael Dos Santos, en el vídeo en que combatientes del EI decapitan al rehén estadounidense Peter Kassig y a 18 soldados sirios.
Las autoridades calculan que hay más de 1.100 franceses vinculados con redes yihadistas, de los cuales alrededor de 380 se encuentran actualmente en Siria e Irak.