“Sólo queremos obtener información para saber si el avión está en ese lugar o no. Ya ha pasado más de un mes y no se ha encontrado ninguna pieza. Sólo pedimos saber”, dijo hoy a varios medios de comunicación, entre ellos Efe, Steven Wang, portavoz de las familias de los 153 pasajeros chinos (de un total de 239) que iban a bordo del avión.
Con asombrosa serenidad después de un intenso encuentro abierto a la prensa en el pequinés hotel Lido entre las familias, un representante de la Embajada malasia en China y tres miembros de Malaysian Airlines, Wang subraya la decepción colectiva tras ser hoy informados a última hora de que no serían recibidos por una delegación técnica, tal y como esperaban.
“Estamos realmente enfadados con lo que han hecho. Debería haber un equipo técnico que nos dé detalles específicos sobre lo que está sucediendo”, dice Wang, cuya madre se encuentra en la lista de pasajeros del MH370.
Desde que el Gobierno malasio comunicó a finales de marzo a las familias que el avión se había estrellado en el sur del océano Índico, basándose en un informe de la compañía de telecomunicaciones británica Inmarsat, los seres queridos de los ocupantes del avión no han cambiado su petición: reunirse con expertos que les expliquen lo ocurrido.
No obstante, Wang asegura que, pese a haber transmitido a las autoridades malasias su deseo de hablar con algún representante de la compañía o con un equipo técnico adecuadamente informado que les aclare sus dudas, nunca han logrado entrevistarse con nadie de Inmarsat.
“Me pregunto a qué es debido, si a que Malysian Airlines no transmite nuestra petición a Inmarsat o a si ellos se niegan a contestar las preguntas”, añade.
Ante esta situación y la falta de hallazgos en la zona del océano Índico en la que se centra la búsqueda, las familias corearon hoy consignas como “no más retrasos, no más mentiras”, durante su encuentro con los representantes de la legación malasia y de la línea aérea.
Preguntado en reiteradas ocasiones si, finalmente, la delegación técnica llegaría a Pekín y se reuniría con ellos, el portavoz de la Embajada malasia varió sus respuestas entre un “no estoy en posición de dar esa información”, hasta un “estimamos que el equipo llegue en 24 horas, se reúna con el Gobierno chino y luego con ustedes”.
Sus palabras no sonaron convincentes a oídos de las familiares, cuyas reacciones se dividieron entre quienes manifestaron abruptamente su ira, como un señor que espetó un aplaudido “que os jodan”, aquellos que se mantuvieron cabizbajos en silencio o los que intentaron conciliar los ánimos con sentidos comentarios.
“Sólo queremos saber dónde están nuestros seres queridos. Mi hijo viajaba en ese avión. Muchos de nosotros aún pensamos que están vivos. Por favor, ayúdennos y dejen que os ayudemos”, imploraba entre lágrimas un señor de unos sesenta años, sentado en primera familia, arrancando un llanto colectivo entre los presentes.
Mientras prosigue la cuenta atrás del supuesto “punto crítico” de la búsqueda, según palabras pronunciadas el sábado por el ministro malasio de Transporte, Hishammuddin Hussein, quien indicó que nuevos ajustes “pueden incluir la ampliación del ámbito de búsqueda y la utilización de otros activos”, las familias piden precisión.
“Nosotros, las familias del MH370, creemos que hasta que no haya pruebas concluyentes de que el avión se estrelló, nadie tiene derecho a cerrar este caso con certificados de muerte e indemnizaciones”, reza un comunicado divulgado ayer por la estadounidense Sarah Bajc, cuyo prometido iba en el vuelo, en nombre de los familiares.
Bajo la firma de “ familias unidas del MH370”, el texto señala que “no esperamos que se encuentre todo el avión, o todos los cuerpos, o incluso que se sepa todo sobre esta surrealista situación, pero sí, al menos, obtener las mínimas pruebas”.